“¿Será que se puede poner carteles en las entradas de la cantina de ‘Prohibido ingresar con bata’?”. Esa fue la pregunta y queja que hizo en sus redes la estudiante de Medicina, Claudia R.
Denunció que los estudiantes de 1er. año salen de la morgue y van a almorzar con el guardapolvo puesto.
Acompañó su publicación con tres fotos de los estudiantes comiendo cerca de otras personas que no tenían la vestimenta médica. Su publicación tuvo más de 1.600 me gusta y generó todo tipo de comentarios a favor y en contra de los universitarios.
“No estaría nada mal que en vez de querer quemarle a las personas, acercarte y hablarles a ellos, no cuesta nada tampoco”, dijo @MarciBorja.
“¿Sería pio tan catastrófico sacarse la bata para ir a la cantina?”, consultó @Sebas2_ian.
No es para salir
También comentó @Martín, quien dijo ser uno de los estudiantes en cuestión. “Estábamos viniendo del laboratorio. En el reglamento no dice que no se pueda recorrer con bata”, sostuvo.
Sin embargo, al instante @majito_duarte le respondió que en cualquier laboratorio también está prohibido salir con batas a la calle.
“Lo siento pero no hay excusa, las batas son para el trabajo”, remató.
Se les explica
Al respecto, la enfermera Celia Franco afirmó que en los hospitales les reúne a los familiares de los enfermos.
Les explica que no se pueden sentar en la cama ni acercarse demasiado a sus parientes para evitar contaminarles con lo que traen de la calle.
“La bata es un elemento de bioseguridad y es algo que nos enseñan desde el primer año de la facultad. Entonces, es algo sabido por todos nosotros, sea cual sea el curso en el que estemos. Vemos en la parada de colectivos que se van con las batas puestas”, afirmó Anahí Rivas, estudiante de medicina.
“Es a conciencia de cada estudiante. Hay universidades, las privadas sobre todo, que tienen edificios administrativos donde dan clases y tienen hospitales escuela que están en otro lado. Ahí es muy fácil identificar. Si estás dentro del edificio, significa que no tuviste contacto”, dijo a su vez el Dr. Aníbal Espínola, de la Región Sanitaria de Ñeembucú.