“Esposa mía, Teo” era lo primero que se alcanzaba a leer desde lejos. Los que pasaban por Teniente Molas, en San Lorenzo, pensaron que sería otra publicidad más de la zona. Pero no tenía ni QR. Era solo un enorme mensaje desesperado: “Quiero que me perdones por todo el daño que te causé. Te amo mucho.” decía.
Detrás de esas palabras estaba Damián, de 42 años, intentando pedir perdón a su señora, de 24. Pero la historia no comenzó con el pasacalle, según contó Teo a EXTRA.
La pareja llevaba separada 15 días y, durante ese tiempo, Teo se mudó mientras Damián seguía en la casa. Y justo el miércoles 3 de diciembre fue cuando la chica decidió hacerle una visita sorpresa a su marido. “Mi antenita de mujer me dijo para que vaya a la casa”, explicó.
Pidió un Bolt y, antes de llegar a su destino, vio a su marido con otra mujer frente a una lomitería. En ese mismo lugar, al día siguiente, Damián colocó el pasacalles.
“Ahí estaba dentro de su auto, esperaban la cena y mi marido estaba dándole besitos a la chica. Ahí dije: ‘Ay, Dios mío, mi marido es’. ‘Acá habrá un show’, le dije al del Bolt, pero yo ya estaba luego consciente de que siempre fui cornuda, solo me faltaban pruebas”, dijo.
Le negó como a Jesús
Teo aprovechó y se bajó del Bolt para encararlo. “Hice un escándalo, unos tres minutos, pero el señor reempedo estaba”, contó. Damián incluso negó delante de la gente que Teo era su esposa.
“No sabía qué decir y se hizo de la víctima porque le pillé todito”, añadió.
La otra chica no intervino, solo comenzó a grabar con el celular.
Como Teo no se iba, Damián llamó a una patrullera y todos fueron a parar a la comisaría Primera de San Lorenzo. Al final se les liberó, porque no hubo agresión.
En la mañana del jueves, a eso de las 5:00, Damián comenzó a bombardearla con mensajes. Primero le dijo que solo usó a la chica para darle celos, pero como Teo no le creyó, recién ahí empezó a pedir perdón. “ Me decía que le pida lo que quiera para que le perdone”, recordó Teo. Incluso esa misma mañana le envió un ramo de rosas y un peluche. Luego, le escribió: “Espero que te guste la manera que te voy a pedir perdón”. Ahí le envió la foto del pasacalles.
No cree ni ahí que va a cambiar
Para la víctima de la infidelidad, el gesto fue más humillante que romántico. “Con un pasacalle no. Nada me va a hacer olvidar lo que vi”, aseguró.
Al final no hubo perdón, porque Teo ya habló con su abogado y ya le pidió el divorcio a su marido, incluso en febrero va a tramitar los papales. “Perdón no hay, si le perdono se va a calmar una semana, un mes, pero después me va a hacer lo mismo. Hombres así no cambian”, señaló.