Nació el 12 de abril de 1906. Murió en 1943. Eligió la vida religiosa y se dedicó a los pobres y enfermos. El padre Julio César Duarte, hoy por hoy está reconocido como “Siervo de Dios”, el primer paso en el camino a la Santidad. Pobladores de su Caazapá natal ya le atribuyen algunos milagros. “Su vida fue estudiada por varios sacerdotes y se corroboró que fue un verdadero santo”, dijo el párroco de San Pablo de Caazapá, Nilson Ortellado.
Hay varias etapas para lograr la canonización. “Los siguientes pasos para la santificación es ser reconocido como venerable, buscar algunos milagros, hasta que sea beato. Finalmente, la canonización”, explicó el parroco.
Algunos milagros
“Los jóvenes suelen venir a pedirle que les conceda ingresar a la facultad”, contó pa’i Nilson. Agregó que uno de los milagros más grandes que le atribuyen fue cuando Duarte venía de Roma (Italia) y pudo calmar las aguas del mar con un crucifijo, durante una tormenta. “Después de ese milagro, nos dejó la cruz con mucho cariño en esta parroquia”, señaló Ortellado.
Hasta el momento, nuestro país cuenta con un solo santo: San Roque González de Santa Cruz.