24 abr. 2024

Pedaleó casi 300 kilómetros con imagen de la Virgencita porque su amigo se curó del COVID

Miguel Franco agradeció a la Virgen de Caacupé porque su amigo pudo volver a pedalear con el grupo tras casi morir por la enfermedad.

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Miguel lloró de la emoción al llegar al santuario de la Virgencita Azul.

Apenas se acercó unos metros a la basílica, con las piernas y los brazos temblando de cansancio por pedalear cientos de kilómetros, Miguel Franco se arrodilló y con lágrimas en los ojos dio un breve grito de agradecimiento a la Virgen de Caacupé. Para él, más que por una promesa acercarse a Virgencita hoy fue para agradecerle que esté con ellos su mejor amigo, quien casi falleció por COVID hace unos meses.

Muy emocionado, relató a EXTRA que salieron el sábado a las 6:00 mañana de su ciudad, Hernandarias, y que, a pesar de que hace lo mismo desde el 2014, esta vez fue diferente, ya que vino en una bicicleta más pesada, preparada para soportar el peso del nicho de la Virgencita que tienen como patrona en su grupo de ciclistas.

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“Ahora llegamos 8 ciclistas, pero somos 16 en total, van llegando más y más poco a poco, para nosotros esto ya es una tradición y cada año sentimos la bendición de la virgen”, mencionó Miguel.

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Al igual que él y su grupo, decenas de grupos de ciclistas se acercaron durante todo el día a la Villa Serrana, la mayoría de ellos por promesas y otros en agradecimiento por curarlos del coronavirus.