El hombre negó a sus hijos mellizos, pero la Justicia falló en su contra.
La bendición por partida doble llegó en diciembre del 2013, cuando Serfila Romero Benítez dio a luz a sus mellicitos. Sin embargo, el deseo de formar un hogar junto con Miguel Riveros poco a poco se fue esfumando, ya que el hombre negó rotundamente ser el padre de los bebés.
“Me dijo que no podían ser sus hijos porque nacieron a los ocho meses”, recordó la mujer. Tiempo después, ella decidió demandarlo para que le pase la mensualidad a los pequeños.
Dictamen
“Yo le denuncié porque ni un guaraní no me quería dar”, contó Romero. La lucha en el ámbito legal le dio la razón y Riveros fue sentenciado a pagar G. 4 millones mensuales, monto que solo depositó una vez. Posteriormente, él pidió que baje a G. 2 millones la mensualidad, ya que se declaró una persona insolvente, a pesar de estar trabajando como secretario en la Junta Municipal de Abaí, Caazapá.
Y, como si esto fuera poco, la denunciante aseguró que Riveros recibe ayuda económica del exterior, ya que es Pastor de la Iglesia Evangélica Pentecostal, ubicada en la comunidad Santa Rosa de Caazapá. Hoy la mujer solicitó que el caso sea elevado a juicio oral y público, pues el religioso sigue sin cumplir con lo decretado por el juez Osmar Ariel Baeza.
El afectado dijo que él no ha podido pagar el monto estipulado, porque en la Junta solo gana G. 1 millón. “No sé qué es lo que voy a hacer, porque también tengo una esposa y dos hijos que mantener”, señaló el hombre. Añadió que se trata de una persecución política que busca solo desprestigiar su imagen.
Riveros también denunció ser víctima de acoso e incluso amenazas de muerte por parte de Serfila. “Me envía 150 mensajes por día, le llama a mi señora, a mis papás, ya intenté llegar a un acuerdo con ella, pero es imposible”, lamentó.