15 dic. 2024

Ola de inseguridad le obligó a dejar su casa

Esta es una de las entradas al barrio Cañadita. Andrés asegura que casi en cada casa hay una persona adicta o con antecedentes. Esta es una de las entradas al barrio Cañadita. Andrés asegura que casi en cada casa hay una persona adicta o con antecedentes.

“En cualquier parte te salían, te pedían plata y, si no les dabas, te decían ‘ejecuidake che kape’”, este es el relato de Andrés Martínez, quien, acorralado por la inseguridad, dejó su propia casa para mudarse a un alquiler. El hombre vivió durante 6 años en el barrio Cañadita de Ñemby, harto de pagar hasta para cruzar la calle.

Pefirió abandonar el hogar que logró construir con tanto esfuerzo antes que vivir en zozobra. Cuenta que en la zona hay muchos jóvenes adictos, que desde temprano llegan a las casas para ofrecer championes, licuadoras, hasta medias de fútbol, producto de los robos domiciliarios. “Muchos de ellos se enojan si no les comprás. Un día me apretaron en mi portón y me peleé con ellos”, recordó.

Andrés se dedica a la compra y venta de todo tipo de artículos, mientras que su esposa es serigrafista. Lamentaron que la propia Policía no pueda hacer nada ante las diversas denuncias que hicieron.

Burla

Fueron más allá, incluso, y dijeron que los malvivientes se burlan de las autoridades. “La misma noche que se inauguró la Subcomisaría robaron la moto del comisario, de eso hace como 6 años y ellos jamás contaron”, añadió.

Sin embargo, el comisario Eladio Lesme, jefe de la Comisaría 8ª de Cañadita, dijo que la zona en sí es muy tranquila. “Yo llevo un año en este lugar y las denuncias más frecuentes son las de violencia familiar”, dijo. Admitió que hay adictos pero que la mayoría son personas adultas que tienen muchos problemas.

A pesar de que el barrio se encuentra a pocos kilómetros del centro de Ñemby, parte de sus caminos aún son de tierra y se encuentran casi intransitables, en un pésimo estado.