Una insólita y desagradable noticia se desayunaron ayer el equipo médico y pacientes del Centro del Quemado tras darse la sentencia de un tribunal que juzgó a un cirujano plástico denunciado por mala praxis. Se trata del Dr. Miguel Ángel Cavallo, quien operó en 2016 a dos mujeres cuyos retoques estéticos terminaron en cicatrices: en mayo, Karina Segovia y en julio, Liz Torres. El profesional fue investigado por malos procedimientos y lo hallaron culpable de declaración falsa, al adulterar datos para relazar las intervenciones. Un tribunal de sentencia conformado por Manuel Aguirre, Blanca Gorostiaga y Rossana Maldonado tomó la decisión de suspender la condena de 2 años de prisión y cumplir otra insólita. Aunque parezca un chiste, el cirujano deberá realizar una operación reconstructiva cada mes, durante un año, en el Centro del Quemado. Esto, lejos de ser una sanción para el profesional es, más bien, un castigo para los pacientes. El fiscal del caso, Joan Paul López, indicó que el galeno no tiene la habilitación para ese trabajo. “No contaba ni siquiera con el permiso por parte del Ministerio de Salud”, señaló en la 800 AM. Una indignación colectiva se generó y los pacientes, al igual que los directivos del citado centro médico, están quebrantados. “Los padres de los pacientes están preocupados, somos un hospital de referencia, el staff es un grupo del cual estoy orgulloso, es un equipo multidisciplinario, con conocimientos. Vamos a solicitar el cambio de la pena y que la cumpla en otro lugar acorde a su formación”, declaró el director Bruno Balmelli, a Radio Monumental, al momento de criticar que no fue notificado ni pidieron su opinión. “Es inadmisible que quieran que le asigne un paciente para que cumpla su condena”, concluyó. “Sin registro de cirujano plástico”Según datos que maneja el equipo médico del Centro del Quemado, Cavallo no tiene la capacidad para hacer cirugías reconstructivas. “Es un profesional que no está registrado como cirujano plástico en el MInisterio de Salud”, cuestionó Bruno Balmelli, director del nosocomio. Operaba en su casaLas cirugías las hacía en su domicilio, no tenía permiso para ello, ni elementos adecuados. La sala que tenía era para consultorio, no para quirófano, según la Fiscalía que investigó el caso.
Antecedentes
- Marzo 2016, Natalia Alvarenga (43) fue operada, la cicatriz de su vientre se abrió y se infectó, no podía caminar, le dijo que le pusiera azúcar, según denunció.
- Mayo 2016, Karina Segovia, con rastros en la cara.
- Julio del mismo año, la afectada fue Liz Torres.
- 6 de julio se lo encontró al doctor operando a una de las pacientes, sin elementos adecuados.
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