Recorrer 80 kilómetros desde Asunción hasta Caacupé y pasar las fiestas a la vera del arroyo Ytú o ir a la casa de la abuela en Yaguarón eran una tradición familiar que para Raquel Benítez acabó en 1989. Hasta ese entonces eran las distancias más largas que debía hacer para ver a sus seres queridos.
“Extraño tomar clericó a orillas del río. Por la casa de mi abuela paterna pasaba un río, nos íbamos ahí o si no a Ytú durante las fiestas”, contó a EXTRA Raquel, quien estas fiestas como hace 28 años pasará lejos de sus padres, hermanos, primos y tíos, pero al lado de su marido e hija de 11 años, ambos catalanes, familia que formó en España.
Mayor de 10 hermanos, con 17 años y recién terminada la secundaria, llena de sueños e ilusiones decidió partir hacia el viejo continente, donde trabajaría por seis meses cuidando a un niño y luego regresaría a nuestra tierra guaraní. Sin embargo, su estadía se alargó y se fue extendiendo año tras año, hasta que finalmente se quedó a vivir allí.
Diferente
“Nunca he viajado para Navidad. Siempre venían mis padres o iba yo para allá, pero nunca coincidió para que fuera para las fiestas”, refirió la mujer, asegurando que las festividades son muy distintas por allá.
“Acá es muy diferente, por el clima mismo, hace frío. También, las comilonas por Navidad; en Cataluña por ejemplo, no se hacen en Nochebuena el día 24 como en Paraguay. Comen el 25 con la familia y el día grande es el 26, día de san Esteban, que se pasa en reuniones con los amigos”, añadió.
Radicada
Contó además que la última vez que vino fue para el cumpleaños número 70 de su padre, pero que no pretende volver a nuestro país para quedarse, ya que vive cómodamente en Cataluña. “Solo de vez en cuando para visitar a la familia, ya no comulgo con la manera de vivir ni de pensar de allá”, finalizó.