Un agricultor denuncio que su mujer no cumplió con las reglas de un contrato que firmaron en un Juzgado, porque se escapó con su amante, un macatero que iba a la zona.
Don Pelagio, dio detalles a la página el Pulso Matutino, del convenio que firmó con su mujer Mirian L., con quien tenía 20 años de convivencia.
Pelagio dijo que el trato era simple ya que su concubina, solo debía quedarse en la casa, en la zona de Tendal 2 Línea, de Curuguaty, en Canindeyú.
Debía cuidarle a sus tres hijos, dos escolares y otro de secundaria y podía hacer su vida.
Él se comprometió a trabajar y mantener a sus hijos y a ella como siempre lo hizo durante los 20 años de relación.
Primera señal
El problema amoroso comenzó cuando su mujer le dijo que iba a salir a trabajar con un macatero llamado César Torres, quien se dedica a vender sillones.
Pelagio le conocía a César, manejaba un camión blanco.
Pasó el tiempo y descubrió que su concu chateaba muy cariñosamente con el macatero, pero no sospechó nada aún. Pensó que eran muy compinches nomás.
Toda su vida se derrumbó cuando escuchó un audio y pilló que le era infiel, según el arriero.
Suegra le confirmó
Pelagio, para sacarse la duda se fue a la casa de su suegra y habló con ella.
Le contó lo que estaba pasando y que sospechaba que su hija andaba en malos pasos con el vendedor.
La suegra ya no pudo ocultar y le dijo a su yerno: “sí, yo también estoy enojada con ella”. Ahí, lístoma. Todos ya sabían, pero menos don Pelagio, que su doña andaba con el vendedor.
La suegra se sinceró con él y le reveló que el macatero habló con ella y le contó que estaba en “contacto” con su hija. “Mi suegra contó bien lo que pasó, ya que mi señora me negaba su infidelidad”, señaló.
Fue al juzgado
El señor al estar seguro que su mujer le estaba siendo infiel se fue hasta el Juzgado de Paz de Curuguaty, para asesorarse.
Le recomendaron llegar a un arreglo con su mujer y así fue. Pactaron que Mirian se quede en la casa, cuide de sus hijos y él no le iba a molestar.
Pero la doña no cumplió, según el afectado. Le hacía faltar a clases a sus hijos para ir todos juntos con el macatero a recorrer la ciudad.
Hasta que un día, la señora se fue de la casa con su amante. “No le hacía falta nada en casa, nunca le maltraté, pero igual se fue” se lamentó el engañado. Dijo que necesitaba de ella para cuidar de sus hijos.
La recibirá porque es la madre de sus hijos
Don Pelagio dijo que no estaba enojado con su mujer y “que la iba a recibir con cariño y amor, porque es la madre de sus hijos”.
Su deseo, es que su expareja vuelva a la casa y atienda a su familia como se debe.
Añadió, que si su mujer no quiere el cumplir el trato, le deje definitivamente el cuidado de sus hijos, que ella se vaya con su amante.
Acotó, que si esto sucede, la doña cuando quiera puede venir a visitarle a sus hijos. Dijo que él no tenía ningún problema con esa situación.