Gladys Mancuello es una de los 477 comerciantes afectados por el Metrobús. Hoy, asegura estar en la quiebra, ya que hace dos meses tuvo que cerrar su local de comidas por la escasa venta.“Lo único que puedo decir es que 22 años de sacrificio se enterraron con el Metrobús.
Muy a pesar mío tuve que cerrar mi negocio porque solo me generaba pérdidas. Lastimosamente esta obra me llevó a la quiebra”, lamentó la doña, que vive a media cuadra de la Municipalidad de Fernando de la Mora. “Antes vendía 500 empanadas al día, más de 100 sándwiches y varios platos de comidas.
Cuando empezaron las obras, comenzaron a bajar las ventas. Cuando se trabajó frente a mi local, ni dos docena de empanadas ya no vendía”, recordó. Ña Gladys contó que hace 22 años decidió abrir su propio negocio para ayudar a su marido con los gastos. Con el paso del tiempo, la venta de comidas fue prosperando y gracias a eso logró que tres de sus cinco hijos terminaran una carrera.
Ahora, en medio de lágrimas, contó que sus dos hijas menores quieren estudiar Medicina, “pero así como está la situación será muy difícil”, alegó. La empresa Mota Engil, encargada del Metrobús, abandonó las obras y pisoteó el contrato que tenía con el MOPC.
Bajan precios de alquiler
Para no perder inquilinos, los propietarios de los salones deciden bajar el precio del alquiler. Este es el caso de doña Alicia Monzón, quien antes alquilaba un salón por G. 3.500.000 pero ahora solo lo hace por G. 2.500.000.
Los afectados piden que se habilite el tramo para ver si este fin de año abren nuevamente sus negocios. El ministro de Obras, Arnoldo Wiens, prometió que para fines de noviembre los dos lados de la avenida Mariscal Estigarribia estarán habilitados.