Cansada de los maltratos que sufría, Élida González (24), estudiante de Derecho, decidió terminar la relación con Crispín Rojas, alias Chiqui, de profesión abogado. La mujer lo denunció por violencia y se fue de la casa en noviembre pasado.
Pero la pesadilla no terminó allí. Élida seguía recibiendo amenazas. El hombre se enojó y decidió vengarse. Para ello, contrató a un tal Arturo, un exconvicto, amigo suyo, con quien comparte una causa por robo agravado.
“Quiero que le garrotees con creces, que le des unos cuantos bifes, que lleves su auto y quemes, que parezca un asalto”, fueron las palabras del acusado en uno de sus audios de wasap. En otro momento, pidió a Arturo que le quite el celular y la computadora.
La negociación
Las negociaciones se dieron desde el 23 de enero de este año. “Le pasó todos mis datos, mis horarios, mi foto, la dirección de mi casa y le dijo que cuando terminaba el trabajo le giraría su plata”, contó a EXTRA la afectada.
Días después, el exrecluso se echó para atrás y reveló el plan a la chica. “Llegó a mi casa y me mostró todos los mensajes”, contó Élida. La fiscala Silvia Cabrera confirmó que imputó a Rojas el 12 de marzo. “Existen elementos suficientes, el testigo ya declaró y se analizarán los audios. Se trata de un crimen y la investigación seguirá su curso”, expresó.
Rojas cuenta con 9 antecedentes por exposición al peligro al tránsito terrestre, violencia doméstica y acoso sexual, además de un juicio oral pendiente por robo agravado. Está prófugo. Élida pide que la Justicia haga lo suyo, pues teme por su vida. “Contrató a un exconvicto para acabar con mi vida, debe estar preso”, reiteró.