El dolor al descubrir que era portadora del VIH hizo que su mundo cambiara por completo. Doris (nombre ficticio) supo que había contraído el virus y esto casi terminó desmoronando a su familia. Incluso, quiso sacar a su hijo del colegio por temor a que sea discriminado.
“Esto ocurrió en zona de la capital. Los directores de la institución a la que asiste el alumno nos hizo llegar el caso; pedimos ayuda a Pronasida y a otra ONG”, confirmó Sonia Escauriza, directora de Niñez y Adolescencia del Ministerio de Educación.
Una larga lucha para que los padres del chico desistan de su decisión dio fruto y, finalmente, al pequeño se le garantizó el derecho de seguir estudiando.
Esta es solo una de las tantas historias que se desprenden del drama de ser portadores del virus. Las estadísticas dadas a conocer por el Programa Nacional de Control del Sida (Pronasida), basadas en casos del 2016, revelan que la franja de edad de personas infectadas es cada vez menor.
“El año pasado hubo 1.441 nuevos infectados y más del 50% de ellos son jóvenes de entre 20 y 34 años”, reveló Francisco Benítez Añazco, de la ONG Centro de Denuncia de VIH/Sida
Niñas contagiadas
Los datos revelan cifras aún más desgarradoras: 216 mujeres embarazadas fueron diagnosticadas con el virus. “De este número, el 10% son niñas de entre 10 y 14 años”, dijo Benítez.
El activista pidió al Estado una mayor inversión en campañas de prevención. Sostiene que educar es la mejor manera de prevenir el contagio. “Necesitamos que estos números se reduzcan de manera urgente”, finalizó.