Su lugar favorito son los hombros de “papá”, quien lo refugia del calor y las noches frías.
Lorenzo, un lorito parlanchín, llegó a la vida de Agustín de Jesús González (38) cuando apenas era un pichón.
Aprendió a hablar cuando comenzaron a salir las plumas, pero con el tiempo se volvió bilingüe.
Además del español, Lorenzo aprendió a decir palabras en nuestro dulce idioma guaraní.
Le ofrecieron plata por él, pero rechazó
“Che vare’áma”, dice cuando tiene hambre, “jahapy jamba’apo”, cuando sabe que su dueño tiene que salir a hacer labores, “akeséma”, cuando quiere dormir.
Además de ser un lorito muy vivaracho, le hace conversación a su dueño como si fuera una criatura.
Agustín vive en Emboscada y trabaja como capataz en zona del Chaco, pero como no tiene con quién dejar a su mascota, lo lleva consigo a todas partes.
“Se sube sobre mis hombros y nos vamos hasta mi trabajo en colectivo. Cuando me voy a caballo también me acompaña, porque es como mi hijo”, señaló.
Agustín tiene cientos de anécdotas sobre Lorenzo, que supo ganarse el cariño de muchísimas personas, incluso de otros países, según contó Agustín.
Las vivencias con el lorito las va subiendo a Tik Tok, donde Lorenzo es prácticamente una estrella.
En los videos se puede ver cuando el ave imita a su dueño, se posa sobre su sombrero y toma agua de sus manos.
“No pensé que iba a ser tan letrado, tampoco pensé que iba a hablar y encariñarse conmigo. Yo le doy de comer de mi boca, le gusta el pan y la carnaza”.
Hace algunas semanas nada más, Agustín se enteró por medio de una veterinaria que su mascota no era macho, sino hembra.
La profesional le comentó que lo notó por el largor de sus pestañas.
“La vez pasada se escondió de mí y después me fui al campo y de repente me gritó “papá, estoy acá’ entonces yo le dije que seguramente se fue con otro loro, pero me contestó “che vare’ama, che vare’ama (tengo hambre)”.
En otra ocasión, a Agustín se le perdió una de las vacas de la estancia y de broma le pidió ayuda a Lorenzo.
“Cuando pasó eso, Lorenzo se fue volando de mí, y de repente comenzó a gritar y me dijo ‘papá, papá, acá está, acá está’. No creía lo que estaba pasando y cuando me fui a ver, encontré a la vaca en el monte”, dijo.
Malos ratos en las barreras
Polis amenazan con sacarle a Lorenzo.
Agustín contó que él y Lorenzo están solos en el mundo. El capataz es huérfano de padre y madre, por esa razón, al ave no la ve como una simple mascota, porque incluso duerme con él en la cabecera de la cama.
Su temor es que le quieran quitar a su compañero, hecho que ocurrió en una ocasión cuando pasó un control policial.
“Yo le dije al policía que es mi mascota y me dejó pasar, pero siempre tengo miedo de que le quieran separar de mí. Si me llegan a sacar me voy a morir”, dijo.
Por esa razón, Agustín quiere solicitar al MADES el permiso de tenencia.
Alegó que muchas personas que tienen loros en libertad como él, tampoco saben dónde acudir.
Dato útil
¿Dónde acudir para registrar a un loro?
El primer paso es anotar al lorito, solicitando un registro Nacional de Vida Silvestre cuyo costo es cinco jornales mínimos (alrededor de G. 500.000).
Después de eso, se genera un permiso de tenencia de Mascotas Silvestres, donde debés aclarar qué tipo de animal tenés. El costo es de G. 500.000. En total: un millón. Cada año se debe renovar el permiso de tenencia y pagar nuevamente la suma inicial.
Para más info podés llamar al (021) 287- 9000.