Ocurrió en 1989, pero para la familia la herida sigue abierta
Padre asegura que el soldadito fue torturado antes de morir.
Gerardo Vargas Areco tenía 15 años cuando quiso seguir el ejemplo de sus hermanos mayores que cumplieron el Servicio Militar Obligatorio. Sus ganas se impusieron a las negativas de su madre, Belén Areco (82).
Primeramente, el adolescente sirvió en el Regimiento Aeronaútica “Silvio Pettirossi” para luego ser comisionado a Villarica con la Tarea Conjunta Urunde’y, sitio donde donde un trágico destino lo esperaba en 1989.
“Se le arrestó porque vino a pasar la Navidad con nosotros, pero no se fue en el día que tenía que ir. Su mamá estaba muy enferma y no se quería despegar de ella”, recordó Pedro Vargas (78), padre del entonces adolescente.
Según el reporte oficial, aquel 30 de diciembre el muchacho empezó a correr en la oscuridad para, supuestamente, huir del destacamento militar en plena madrugada.
Al percatarse de que el soldadito se alejaba, el Cabo 2° Aníbal López Insfrán, siguiendo el procedimiento de rutina en casos de fuga, lo “alteó” y luego disparó por la espalda. Gerardo cayó muerto en el lugar. Esto, según la versión de los jefes castrenses.
Pedro Vargas, papá del soldado Gerardo.
“¡Mentira! Tengo fotos donde se ve que le hirieron en el corazón y a quemarropa. Antes de matarlo le jugaron todo mal. Hasta ahora lloramos su muerte. Me arrebataron a mi hijo, que era sano y fuerte, pero todavía tiernito”, lamentó don Pedro.
Añadió que el cuerpo tenía rastros de quemaduras con agua caliente y combustible. Además, dijo que sus ojos estaban fuera de órbita. Los restos de su pequeño hijo fueron entregados en un cajón sellado.
Este episodio conmocionó a los habitantes de Bella Vista Norte, Amambay, de donde “Gerardito” era oriundo. “No estoy en contra de que haya Servicio Militar, porque necesitamos. Soy reservista y mis otros hijos también. Pero sí estoy en contra de la tortura”, culminó el familiar.