Fátima Liliana Rejala Cabrera, de 39 años, recibió ayer al mediodía la visita de desconocidos frente a su humilde casa en Mariano Roque Alonso. Le dijeron que ella tenía deudas con una financiera.
Ella les dijo que no debía nada y que le demuestren con documentos. Se retiraron y volvieron con el supuesto pagaré. Ella dijo que no correspondía su firma y le pidieron su cédula. Ella les mostró y le dispararon en la cabeza, según relató a medios radiales el comisario Hugo Grance, jefe de homicidios de la Policía Nacional.
Ella era cocinera en la casa de Miguel Insfrán, hermano del pastor prófugo, José Insfrán. Su muerte ocurrió en el mismo día y a unas tres cuadras del allanamiento que se realizó en la filial de la iglesia Avivamiento de Mariano Roque Alonso.
En dicha edificación se encontró ayer una llamativa fosa que se sospecha que serviría para esconder objetos de valor. Varias propiedades de esta iglesia ya pasaron a ser propiedad de Senabico por sospechas de lavado de dinero y conexiones con el narcotráfico.
Desde que iniciaron los allanamientos, la víctima, Fátima Rejala, dejó de asistir a la casa del clan. Ella no tenía antecedentes y dejó tres niños huérfanos.