Con su talento en las cuerdas de guitarra y el dominio de la voz, Lilia Gaona Jacquet sube a los colectivos para alegrar las mañanas de los pasajeros que se movilizan sobre la Avenida Autopista, de Asunción.
En 2007 viajó a Uruguay por invitación de una amiga. Luego, el sabio consejo de un paraguayo que ejecutaba la guitarra fue el impulso que le faltaba para dejar la venta ambulante de bolsas de polietileno y cambiar por algo que amó toda su vida: la música.
“Me preguntó cuánto ganaba vendiendo las bolsitas, yo le dije que 200 pesos, a lo que me dice: ‘dejate de joder, mi hija, subite a los micros, ¡cuánto dinero vas a ganar!’, y ahí pensé. Después le pedí prestado a mi amiga su riñonera. Subí a ocho colectivos más o menos y gané 800 pesos”, relató. Antes de que se cumpla un año de su estadía en tierras charrúas, regresó a Paraguay, pues sus hijos eran pequeños aún y su padre había enfermado.
Regreso
Intentó salir adelante con un copetín que no le resultó y pensó: “Si yo trabajé en el extranjero y gané dinero ¿por qué no puedo ganar en mi país?”. Fue así como, desde el 2008, sale a las calles desde las 09:00 hasta las 12:00, aproximadamente, y sube a los “escenarios ambulantes”, como llama a los colectivos, para deleitar a los pasajeros con su variado repertorio.
“El chofer me dio permiso para subir, pero yo quiero cantar ¿qué dicen ustedes?” es la expresión que utiliza cuando se dirige a los pasajeros, a quienes siempre complace con los pedidos de canciones. También realiza actuaciones en todo tipo de eventos sociales.