Horas antes de que Claudia Sosa (28) asesinara a sus hijos de 10 meses y 6 años en Itauguá, el sábado pasado, envió un largo mensaje de despedida a sus familiares y vecinos, que se dio a conocer ayer.
“Me despido de todos porque ya no aguanto más vivir así. No quiero arrastrar a mis hijos”, comenzó escribiendo.
Dijo sentirse “una fracasada” y sin fuerzas para seguir luchando y que no quería que sus hijos “pasen necesidades” como ella. También escribió que muchas veces pensó en morir, pero que siempre se detenía por sus hijos, aunque esta vez, no aguantó.
Pidió perdón
Claudia agradeció y pidió perdón a varias personas, entre ellas su mamá Agustina, sus hermanas Jessi y Rocío, y su prima Sheyla. También mencionó a una tal “Marcia Sosa”, a quien responsabilizó de su amargura y aseguró que solo podría perdonar después de la muerte.
“Ya no seremos una carga, ni molestia, ni quebranto para nadie. Adiós para siempre. Descansen en paz sin mí”, finalizó. La carta denota que Claudia atravesaba una terrible depresión no tratada.
Según relató su prima Sheyla a C9N, la mujer tenía un tercer hijo con otra pareja ya fallecida que quedó al cuidado de su abuela paterna.
Los dos niños fueron encontrados colgados con una piola del techo de su casa mientras que la mujer fue encontrada en el suelo. Se cree que ella los habría matado primero para luego quitarse la vida.
El electricista Gregorio Rojas (58), pareja de Claudia, quedó detenido luego de que la policía encontrara droga en su casa.
El hallazgo consistió en 440 gramos de cocaína de alta pureza. Además, se incautó de una balanza de precisión, por lo que se inició una investigación por la presunta comercialización de estupefaciente al menudeo. Por ello, el agente fiscal Luis Ledesma que investiga el caso dispuso la detención del hombre de 53 años.
El comisario Fulgencio Galeano dejó en claro que el hombre fue detenido por la cantidad de droga que fue encontrada e incautada de su vivienda.