Marta Acosta (50) murió de un fulminante ataque al corazón ayer, en Encarnación (Itapúa). Dejó huérfanos a tres hijos.
El deceso se produjo después de que el administrador Alberto Vázquez ordenara que no ingrese al vertedero municipal, donde trabajaba, porque ya estaba despedida.
Las compañeras de Acosta protestaron contra Vázquez. Indicaron que no hubo orden escrita de suspensión, requisito contemplado en el reglamento interno.