La situación en un colegio público de Santa Rosa del Aguaray, San Pedro, estaba fuera de control.
El bullying escolar a través de Instagram amenazaba con desencadenar una tragedia en la comunidad educativa.
Publicaciones anónimas en la cuenta “Troze Santa Rosa” exponían intimidades de adolescentes, fomentando el acoso escolar y sexual. Esta cuenta prometía divulgar “tesapo’ê, confesiones, jepilla y cuentos”, agravando la situación.
Afectados
Los padres de los afectados acudieron al fiscal Jorge Encina, quien, a su vez, presentó el caso ante la jueza Mónica Duarte para detener el ciberbullying, informó el corresponsal Carlos Aquino.
Según el fiscal, la cuenta realizaba transmisiones en vivo donde se exponían fotografías de adolescentes, denigrándolos físicamente y burlándose de ellos, lo que constituía una exposición no autorizada que afectaba la intimidad de los menores.
En un ciclo de venganzas, un grupo de estudiantes se enfrentaba a otro, afectando gravemente la salud mental de algunos alumnos al ser expuestos en situaciones vergonzosas.
Los padres no podían controlar el ciberacoso, y la institución educativa se veía igualmente desbordada, ya que los acosos se realizaban de forma “anónima”.
Decisión
La jueza Duarte ordenó a Meta, empresa internacional con sede en California, Estados Unidos, que gestiona Instagram, Facebook y WhatsApp, que proporcione los datos de las direcciones IP y los nombres de los responsables.
Además, ordenó que los contenidos aún no eliminados en la plataforma sean retirados, ya que todas las víctimas son menores de edad. La solicitud se fundamentó en convenios internacionales. Después de esto varios alumnos abandonaron la cuenta en Instagram donde hay como tres cuentas similares, pero la más “activa” fue Troze Santa Rosa (ver imágenes).