La construcción de una iglesia evangélica en Salto del Guairá, Canindeyú, despertó todo tipo de cuestionamientos luego de que en el portal de Contrataciones Públicas apareciera que será financiada con dinero de la municipalidad local. La inversión sería de G. 157.000.000 para el “Centro Familiar de Adoración” del pastor Emilio Javier Abreu.
“¿Acaso solo las iglesias católicas tienen derecho a ser ayudados? Ustedes no saben cuánto ya se invirtió en calles y escuelas. Muchas iglesias hacen sus pedidos, no es que a la municipalidad se le antojó construir.
Con esto lo que se busca es el bienestar social de las personas y la iglesia es parte de una sociedad”, refirió Karina Arce, administradora de la comuna saltoguairense.
El intendente, Carlos César Haitter, dijo que las construcciones y remodelaciones de las escuelas fueron priorizadas.
“Acá no hay aulas que se caen a pedazos como en otras ciudades y pueden venir a verificar. Van a encontrar todas las aulas con aire acondicionado. Pusimos a disposición un colectivo para los estudiantes de una comunidad indígena, para que puedan trasladarse hasta el colegio”, argumentó.
“Hay unos G. 120.000 millones en total y hemos construido empedrados, plazas. No entiendo mucho eso del Estado laico, yo lo único que entiendo es que se deben hacer obras, que benefician a la comunidad. Me va a venir la Contraloría, o me van a meter preso, pues ¡aleluya! Si es así me voy a la cárcel con mi rosario”, expresó el jefe comunal que pertenece al Partido Democrático Progresista (PDP).
Según Haitter, la iglesia está aportando hechos a la comunidad, ayudando a los adolescentes a no caer en los vicios y en la delincuencia. “Quizás ni las escuelas hacen lo que la iglesia hace por los jóvenes. Por eso sostengo que voy a seguir invirtiendo mientras haya presupuesto, porque es un bien para la comunidad y para la juventud”, añadió.
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