Dio positivo a la prueba de parafina, es decir había restos de pólvora en sus manos, por lo que Aida María Villalba pasó a estar en la mira de la fiscalía en el caso de la muerte del exfiscal antidrogas Javier Ibarra. Existe la sospecha de que la mujer pudo haber agarrado el arma ya que desapareció de la escena.
Aida, quien se desempeñaba como empleada del también exviceministro de Seguridad Interna, declaró hoy ante el Ministerio Público. Su abogado, Avelino Britos, dio detalles del testimonio que dio su clienta a los investigadores.
“Llegó en la casa de Ibarra a las 07:05 y encontró frente al lugar el casero Máximo Torres. Como la puerta de la vivienda estaba semi abierta y el perro de Ibarra estaba afuera, les llamó la atención por lo que entraron hasta la cocina. Allí escucharon que alguien llamaba al celular del exfiscal y como él no contestaba se atrevieron a abrir la puerta en donde hallaron el cuerpo sin vida”, relató el letrado a NPY.
Aseguró que Villalba “no tocó absolutamente nada” y que el arma de fuego calibre 22, que terminó con la vida de Ibarra ya no estaba en el lugar.
Al ser consultado el motivo por el cual su cliente dio positivo al antimonio en la mano derecha, contestó que “no tiene explicación” y que “hay muchas pruebas que no funcionan, salen mal o simplemente por estar dentro de un recinto donde hay pólvora, uno se contamina”.
Posteriormente puso en duda la efectividad de la prueba al que fue sometida la empleada de Ibarra.
“El método científico que tiene Paraguay (para detectar restos de pólvora) no sé si es tan válido, tendríamos que estudiar un poquito, no creo que sea tan certero, por eso yo digo que mi cliente es inocente”, agregó.
Tras la declaración que le tomaron a Aida, la Fiscalía decidió imputarla por hurto “especialmente grave”, además adelantaron que solicitarán al Juzgado Penal de Garantías el arresto domiciliario de la joven, que quedó detenida después de un allanamiento en su vivienda ubicada en San Lorenzo.
Recordemos que el exfiscal Ibarra fue encontrado muerto en su casa, con dos disparos en la cabeza en la zona de la cien. No se descarta que haya sido un suicidio, sin embargo el arma no estaba en el lugar donde ocurrió el hecho y a eso se suma la aparición de restos de pólvora en las manos de la empleada, por lo que el caso aún podría tener varios capítulos.