04 may. 2024

Heladero camina unos 60 km por día para vender

Luis lleva 30 años repartiendo sorbetes en los barrios, los días de calor le vienen bien con las ventas.

heladero

Miguel Rodríguez

Las gotas de sudor que caían de su frente indicaban el cansancio que sentía Luis Alberto Garcete (45) al empujar su carrito de helados. Pero, a pesar de eso, no borraba la sonrisa de su rostro y con el silbato tradicional ofrecía sus sabrosos helados de palito por el barrio Sajonia de Asunción.

“Jetu’u es el calor, pero qué le vamos a hacer. Si no aguanto, no vendo nada”, comenzó diciendo el heladero ambulante, que moja dos hojas de la planta conocida como “sombrilla” y las coloca debajo de su quepis para aplacar el calor. Además tiene su termo lleno de agua fría y unas zapatillas cómodas.

A las 12:30 llega a la heladería para retirar el carrito con los productos y a las 13:30 comienza a recorrer las calles, hasta las 19:00. “Es muy sacrificado pero deja muy buenas ganancias. Cuando hay venta, al menos 150 palitos vendo, pero hay días que recorrés más de dos barrios y no vendés ni 50”, detalló el trabajador, que lleva 30 años en este oficio.

Los fines de semana sale a las calles por la mañana y va a los torneos de las escuelas de fútbol ya que sus clientes, en su mayoría, son niños. Pero cuando las cosas se ponen difíciles, como buen vendedor usa a sus hijos de carnada. “Las criaturas, cuando ven que alguien toma el helado, comienzan a pedir también a sus padres, que terminan comprando”, reveló.

En invierno

En días de frío los helados no son el agrado de muchos. Don Luis entonces deja su carrito y cuelga de sus hombros una canasta de bollos, que él mismo prepara, y sale a venderlos. Lo mismo hace cuando pronostican lluvia. Así, sale adelante a sus cuatro hijos.

150

heladitosDon Luis contó que camina diariamente unos 60 kilómetros para ofrecer sus productos. Llega a vender 150 helados cuando las cosas marchan bien.