Los tatuajes caracterizan a los miembros del temible Primer Comando Capital (PCC), originario de Sao Paulo, pero con presencia en nuestro país.
El grupo criminal PCC se ha reestructurado y tiene un nuevo “código penal” interno que rige entre sus más de 26.000 integrantes, incluyendo los “soldados” que están en nuestro país. La organización manejada desde las cárceles brasileñas tiene además un área de recursos humanos y una sección femenina, según publica este martes el diario Correio do Estado.
El nuevo régimen del Primer Comando Capital establece suspensiones de 90 días a los miembros en falta y hasta las consabidas sentencias de muerte. El grupo ha creado “una especie de recursos humanos, con listas actualizadas de afiliados, relevo de mando cuando los cabecillas son sometidos a aislamiento (en las cárceles) y también la fundación de un ala femenina de la facción”, añade la publicación.
En diciembre del año pasado, las autoridades brasileñas tuvieron acceso por primera vez a la versión íntegra del nuevo método de conducta de los “afiliados” como el grupo llama a los criminales que lo integran. Antes, habían incautado fragmentos en Sao Paulo. Pero luego encontraron copias en Ponta Porâ (fronteriza con Paraguay) y Campo Grande.
No fueron pocas las veces que en la zona fronteriza entre Paraguay y Brasil se aplicó la “máxima disciplina del Partido”, sobre todo en relación al pago de la mensualidad de 950 reales (equivalentes a 1.330.000 guaraníes) que deben pagar los integrantes que no están encarcelados. La brutalidad del PCC no solo aplica entre sus miembros, sino también a sus competidoresen el mundo del crimen y a policías.
El periódico dice que en todas las cartillas, el texto es similar. “Habla en castigos que van de 90 días de suspensión hasta expulsión sumparia del PCC en caso de falta de disciplina de los miembros, como” acto de malandrismo ",” mano en la calabaza”,” abandono de responsabilidad “y” falta de visión " “sin noción”. Hay una pena de muerte, como en el caso de violación de mujeres o pedofilia en las “quebradas”, o sea, los barrios periféricos. En ese caso, la facción utiliza el término “cobro disciplinario.”
El que maneja la “lista negra” de los “vacilones” (es decir, los que fallan con las reglas) sería Laudemir Costa Dos Santos, “Dentinho”, preso en la cárcel de máxima seguridad de Presidente Veceslao (Sao Paulo). A su vez, “Dentinho” es brazo derecho de Gilberto Aparecido Dos Santos, “Fuminho”, quien es señalado como el responsable de la disciplina de la facción en las fronteras con Paraguay y Bolivia.
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