Eran las 20:40 del jueves cuando el avión aterrizó en Foz de Iguazú, desde San Pablo (Brasil), pero el destino final de Ana Carolina De Mores Fontinele (31) y Wellington Barros Delgado (28) fue a solo unos kilómetros de ahí, cruzando la frontera hacia nuestra tierra guaraní.
Una patrullera de la Comisaría 22 del barrio Don Bosco de Ciudad del Este realizaba su rutinario patrullaje en la zona conocida como Puente Seco, donde a lo lejos divisaron a una persona aparentemente inconsciente. Creyendo que se trataba de una víctima de accidente de tránsito, llegaron hasta ella y se encontraron con una macabra escena.
Una joven de cabellos rubios y cutis blanca yacía en el lugar sin vida y con rastros de haber recibido un fuerte golpe en la cabeza, además de cuatro impactos de bala. En pleno procedimiento de rigor, un guardia de seguridad llegó junto a los uniformados y les contó que se encontró con otra escalofriante sorpresa: a 500 metros de allí, ya en zona de Hernandarias, fue hallado otro cadáver, en un barral.
El segundo cuerpo presentaba un impacto en la boca y otros ocho en diferentes partes del cuerpo. Horas más tarde, ambos fueron identificados como Ana Carolina y Wellington.
El fiscal Marcelo Saldívar señaló que hasta el momento es un misterio cómo llegaron hasta nuestro país los extranjeros, quienes no cuentan con antecedentes.
Según los investigadores, no se descarta que hayan sido víctimas de secuestro y robo, debido a que no contaban con documentos ni pertenencia alguna.
Agentes de la unidad Criminalística de la Policía Nacional levantaron cinco vainillas servidas del lugar. Los cuerpos fueron trasladados hasta una funeraria local a la espera de la llegada de sus familiares.