Un enorme “esqueleto” de metal emergió del mar, en las playas de Buzios, Río de Janeiro, Brasil.
Los pescadores y lugareños sabían que se trataba de un gran hallazgo: un barco a vapor que sirvió a Brasil durante la Guerra de la Triple Alianza.
Los pobladores más antiguos conocían la historia sobre el gran “Galgo”, el barco que naufragó hace 151 años.
Los medios brasileños señalan que la “superluna nueva” pudo influir en que el caudal del mar baje y que así el barco se mostrara parcialmente, desde el 27 de mayo.
Guerra grande
El “Galgo”, que pesaba aproximadamente 12 toneladas, tuvo una activa participación en la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).
Tenía la capacidad para desplazar 100 toneladas; sus motores de dos cilindros alcanzaban los 60 caballos de fuerza.
Con esa ferocidad de la época, se encargaba de transportar a la tropa brasileña hacia Buenos Aires y Montevideo. Llegó a trasladar un batallón de 502 hombres, según la Biblioteca Nacional Digital de Brasil (bndigital.bn.gov.br).
También llevaba alimentos y armas para los aliados (Argentina, Brasil y Uruguay) que luchaban contra Paraguay.
Al culminar la guerra con la victoria de los aliados, el 16 de septiembre de 1874, el barco iba hacia Río de Janeiro con una carga de maíz y café, además de 15 tripulantes.
Como una maldición, naufragó. Todos se salvaron, menos el barco.
Según Naufrágios do Brasil , cuatro días después, una comisión fue enviada al lugar del naufragio para examinar si el barco tenía posibilidades de ser rescatado. No fue así. El estado del casco y la posición en la que se encontró el Galgo hicieron inviable la operación y hasta ahora no saben cómo quitarlo.
Cómo fue en Paraguay
El historiador Eduardo Ortiz recordó la Batalla de Riachuelo y la importancia de la vía fluvial, allá por junio de 1865.
Esta batalla fue una de las más decisivas para la guerra. Fue la que marcó la agonía de Paraguay.
Esta batalla ocurrió principalmente en aguas de Corrientes, Argentina, por eso los buques logísticos de Brasil bajan por Río de Janeiro hasta esa zona de Argentina.
“Cuando Paraguay fue perdiendo el control marítimo, la guerra ya tenía su destino marcado”, indicó.
El Mariscal López lo veía venir y solicitó a Inglaterra un cañonero, pero la Marina de Brasil avanzó rápido y causó el aislamiento definitivo del Paraguay. La ayuda nunca llegó.
“Quedamos sin recambios. Mientras que en los barcos brasileños nunca dejaban de venir soldados. Morían 500 y en días llegaban otros 500”, expresó Ortiz.
El Mariscal Francisco Solano López, el 18 de agosto de 1869, ordenó hundir los últimos siete buques de Paraguay en el río Yhaguy.
“Se hace eso para que los barcos o armas no sean tomados por los enemigos y utilizados en tu contra”, dijo Eduardo.
Se hundieron los barcos y se ordenó la retirada. Los restos de las embarcaciones fueron encontrados en los 80, en una bajante del río, así como hallaron el barco brasileño.
Museo Vapor Cué
El Parque Nacional Vapor Cué, ubicado en Caraguatay, a orillas del río Yhaguy, se encuentran los restos de las flotas hundidas.
Dos de los buques fueron restaurados parcialmente y se encuentran expuestos al aire libre. En el Museo exponen piezas originales de los buques, una bandera paraguaya utilizada durante la guerra, y más.
Las siete embarcaciones que fueron hundidas son: Ypora, Santa María, Paraná, Río Apa, Salto del Guairá, Pirabebé y Amambay. Este último fue un barco brasileño tomado por los paraguayos en enero de 1865.
El Museo está abierto de lunes a domingo, de 17:00 a 21:00. Su acceso es gratuito.