En la escuela Dr. Raúl Peña ya no hay recreo tranquilo. Cada tanto, los profes se levantan de su silla, miran por la ventana, y salen corriendo a ver si no aparece alguna vaca.
Ni siquiera pueden almorzar en paz. Comen con un ojo en el plato y el otro en el patio, por si una manada decide hacer su entrada triunfal.
Y es que en la compañía Guaicá de San Estanislao, San Pedro, las clases se dan entre el miedo y la improvisación. El miércoles, a eso de las 15:00, justo cuando los chicos estaban por volver del receso, unas vacas se metieron otra vez en el predio de la institución. Una de ellas atropelló a dos nenes: uno del preescolar, de 6 años, y otro de primer grado, de 7.
El más chiquito cayó al suelo. El otro terminó con un golpe en la frente y en el cuello, cuando una vaca lo pasó por encima. Por suerte no lo pisó, pero el susto fue tremendo. Ese día, algunos alumnos intentaron espantar a las vacas, pero solo lograron que corrieran hacia otros compañeros. Fue un caos.
El director, Osvaldo Costa, contó a EXTRA que, como medida urgente, los docentes deben hacer guardias en la entrada, en el recreo y hasta en la salida. En dicha institución hay aproximadamente 350 alumnos que cursan desde el preescolar hasta el 9.º de la Media. Todos corren peligro.
“Dificulta bastante el trabajo que hacemos, porque hay que cuidarnos de los animales de afuera y cuidar de nuestros alumnos”, señaló.
No es la primera vez que pasa algo así en esa escuela. El año pasado entraron cabras y uno de los chicos casi resultó herido. Ya enviaron notas a todos lados, pero nadie responde. “Todos se pasan la pelota”, dijo el director.
La escuela está al lado de un campo comunal, donde los pobladores dejan a sus animales sueltos. Solo los separa una alambrada medio floja
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Ayer hubo reunión con los padres, y hoy a las 14:00 habrá otra en la escuela. Invitaron al intendente, a la Policía Caminera, Senacsa, Indert y a los dueños de los animales. Pero hasta ahora, nadie se hizo responsable.
Esa misma tarde, una mamá que presenció todo llamó a Perla P, la mami del nene más pequeño. Ella estaba trabajando en una casa de familia en Asunción.
Tuvo que renunciar
“Me preguntó: ‘¿Qué tal está tu hijo?’, y le respondí: ‘¿Cómo que mi hijo?’ Entonces me dijo: ‘A él ko le embistió una vaca y lo llevaron al hospital’”, manifestó a EXTRA.
Ahí mismo, Perla saltó y fue a decirle a su patrona. “Me asusté, hasta en mi trabajo renuncié, porque no me quisieron dar permiso. Mi patrona no quiso comprender ‘seguro que su papá va a solucionar’, me dijo”, contó.
Horas de angustia
Buscará trabajo en la zona.
Una vez que salió de su trabajo, Perla llamó a la profe del peque y ella le confirmó lo que había pasado. Desesperadamente subió al primer colectivo a San Estanislao y llegó ya tarde, casi a las 11 de la noche. Su hijo estaba dormido, pero al día siguiente, cuando despertó, le contó lo que pasó.
“Una vaca me echó, mami” le dijo el pequeño, todavía asustado.
El niño le contó además que le dolía la pierna.
A raíz del sustazo y para no dejar más solito a su niño y a sus demás hijos, Perla tomó la decisión de quedarse en casa. A partir de ahora buscará trabajo en la zona, señaló.
Hay leyes, pero
El director Osvaldo Costa, agregó que en esa zona ya hubo accidentes en la ruta por culpa de los animales sueltos. Además, aunque hay leyes que lo prohíben, pocos hacen caso. Encima, muchas vacas ni siquiera tienen marca y representan un peligro para los automovilistas y los peatones.
Olvidados
Los fines de semana es peor
Algunos vecinos rompen el alambrado de la escuela, principalmente los fines de semana, para meter a sus vacas adentro. Los animales rompen estructuras, comen las plantas y dejan sus excrementos por todo el predio.
“La escuela tiene dos divisorias y tenemos un espacio verde, un campo de recreación donde hay alambrada nomás, entonces cortan. Los fines de semana hay manadas de animales dentro de la institución”, dijo el director.