Estaba feliz con su shampoo de marca, una buena marca que en el mercado rondaría más de G. 70.000. Pero cuando abrió la cajita del produco, se dio cuenta de que tenía un olor raro y que, en realidad, no se trataba de shampoo. Eso le pasó a Clarita Pineda, quien decidió publicar su experiencia para alertar a los vecinos.
Según contó, una mujer identificada como Jessica llegó hasta su casa en Barrio Obrero, zona de la escuela San Alfonso, el martes 18 de noviembre. “Quiero escrachar a esta persona y a la vez alertar a las personas de Barrio Obrero y alrededores, porque anda recorriendo casa por casa ofreciendo y vendiendo supuestamente productos de cuidado personal cuando en su interior cualquier cosa le carga”, escribió Clarita.
Relató que ella y su tía terminaron comprando varios productos. “En nuestro caso le compramos 2 shampoo y le pagamos por transferencia (gracias a Dios así tuvimos sus datos)”, comentó. Su tía, por su parte, compró un combo de shampoo y enjuague y pagó en efectivo. Más tarde, al revisar los envases, descubrieron que no contenían lo que la vendedora prometió. “Quizás ese monto no me vuelva millonaria y digan que es muy poco, pero ¿a cuántas personas habrá estafado ese mismo día? O quizás lo siga haciendo si es una sinvergüenza inescrupulosa”, agregó.
La joven explicó que recién al abrir los envases notaron la estafa. “Y antes de que me digan ‘revisá antes de comprar’, porque es típico del paraguayito culpar o tratar de boluda a la víctima, esta persona es una estafadora profesional porque envaló, le cargó agua y vendió como nuevo”, afirmó.
Clarita señaló que transfirió G. 40.000 por la compra. También pidió ayuda a los vecinos: “Si alguien le ve, por favor, sáquenle fotos. Justo cuando se fue de mi casa tenía kepis y no se le ve bien la cara en el circuito”.
Hay varios casos similares
Publicó su caso en la página Soy de Barrio Obrero (Original), donde aparecieron más comentarios de personas que dijeron haber pasado por situaciones parecidas o casi caer.
Una de ellas fue Soledad Portillo, quien escribió: “Algo similar hace poquito me ocurrió en zona Republicano, pero me percaté enseguida y les seguí. Eran tres chicas. Le pedí que me devolviera mi dinero”.
También comentó Rosalinda Quintana, despensera de la zona: “Qué suerte que no compré, porque había venido en mi despensa y me ofreció también”.
A su vez, Micaela Ortiz contó: “Ya me pasó lo mismo por barrio Santa Ana. Son dos mujeres parece, así pobres, de escasos recursos, pero te saben estafar. Te hacen precio guau, hasta te da de regalo: pagás dos, llevás tres, hei”.
Hay varios testimonios más en la publicación, por lo que los vecinos recomiendan tener cuidado al comprar productos ofrecidos por desconocidos que recorren casa por casa.