19 abr. 2024

Enfermero se salvó de milagro de sicariato en su propia casa

Ligó un refilón en la cabeza, pero logró cerrar la puerta. El enfermero contó que es también abogado y de quién sospecha.

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Momento en que el sicario disparó contra la víctima al abrir la puerta.

La familia compartió la cena y decidió aplicarle un humeante cocido con leche antes de ir a la cama. Rafael Ruiz Díaz, su esposa y sus dos hijos estaban listos para ir a la cama, cuando el enfermero escuchó que los perros afuera no paraban de ladrar.

Él no hizo caso e ingresó a su pieza para pegarse una ducha sin saber que afuera un sicario se preparaba para entrar.

“Fue llegando la otra persona que es mi padrino y a él le encañonó cuando entró en el patio. Esperó que se cierre bien el portón, el sicario ya estaba en la escalera y esperó que se cierre el portón, saltó y le encañonó. Le preguntó por su nombre y cuando le dijo, preguntó por mí”, relató la víctima de sicariato.

“Estará en su pieza”, respondió el pariente. Entonces el sicario le ordenó llevarlo hasta ahí y pedir que abra.

Inmediatamente le condujo hasta frente a la puerta. “Él me habló en guaraní y me dijo ‘ejumina eabrí chéve’. Me fui y cuando me habló dos veces me extrañó. Cuando abrí la puerta, al abrir 10 centímetros, me jugó el primer disparo”, relató la víctima en contacto con Monumental. El disparo le agarró en la cabeza de refilón.

Como cerró rápido la puerta y tiene código, se bloqueó al toque. El matón a sueldo patea repetidamente intentando que se abra y como no se abrió, empezó a disparar. En total realizó nueve impactos con un arma 9 milímetros con silenciador. El criminal estaba tapado con pasamontañas y guantes.

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El hecho ocurrió el martes casi a las 20:00 horas en una vivienda situada en la ciudad de J. Augusto Saldívar.

Al no lograr su cometido, el criminal decidió no perder más tiempo y salir de la vivienda hasta la calle, donde un cómplice lo esperaba a bordo de una motocicleta para escapar.

Rafael contó a Monumental que tiene fuertes sospechas sobre los autores porque además de su profesión principal como enfermero también ejerce la abogacía, pero de modo a ayudar a la gente.

“Es por un trabajo si no me equivoco y yo no me equivoco. Estaría viniendo de parte de unos abogados de un supuesto ingeniero. Soy el intermediario en una sucesión”, expresó asegurando que los nombres ya proveyó en sede de la fiscalía y a los policías que también investigan el caso. “Ojalá que hagan algo”, apuntó el letrado.

Dijo que no tiene deudas ni enemigos que lo quieran mandar matar de onda nomás. Que se dedica solo al ámbito de la niñez y lo civil en las leyes, ayudando a las personas que no tienen para pagar abogado, especialmente si son madres solteras con exparajes que no pagan prestación alimentaria.