Los obstáculos existen y eso lo sabe bien Migdonio Acosta (41), quien hace veinte años sufrió un accidente laboral: cuando cavaba un pozo de 18 metros de profundidad, se desmoronó parte de la obra y una madera cayó sobre su cabeza.
El accidente hizo que, desde esa vez, sus piernas quedaran inmóviles y se vea en la obligación de movilizarse en silla de ruedas. A pesar de que este episodio marcó un antes y un después en su vida, supo salir adelante y encontrar en la herrería un medio de subsistencia.
El oficio lo aprendió muy joven, cuando fue al cuartel. En ese momento no tenía idea de que este conocimiento práctico le serviría en el futuro como empleo.
“Hago sillones, reposeras, portaplanteras, rejas para ventanas y portones. Muchos no creen que yo puedo hacer estas cosas por mi estado físico, pero puedo hacer”, contó con orgullo. También repara elementos con base de metal.
Comentó que los hierros son traídos por un proveedor que vive cerca de su casa, que con un telefonazo su materia prima ya está en su mini taller. A pesar de que su trabajo es conocido en el barrio San Roque de Capiatá, su lugar de residencia, apeló al buen corazón de la ciudadanía.
“Me gustaría que la gente me ayude, yo no pido limosna, solo trabajo. Tengo ganas de trabajar porque necesito mercado para vender mis productos”, expresó. Añadió que necesita herramientas relacionadas a la herrería para seguir trabajando.
(0984) 212 360 es el número para los que deseen ayudar a Migdonio.