24 abr. 2024

En carretilla llevaron a un abuelito enfermo de COVID

Don Tito aún no se vacunó y pasó por una odisea para ser asistido. Enfermera mostró su vocación de servicio.

Isidra Pérez vio una carretilla como único medio para auxiliar a un abuelito. Luego de una verdadera travesía que empezó a las 8:00 del sábado no iba a irse sin auxiliar a don Tito.

Dos horas de viaje y treinta minutos que le costó convencerlo de que necesitaba atención médica, no se echarían a perder por la falta de vecinos o coche para trasladarlo a un hospital.

Para llegar a Isla Real en Villa Franca su viaje inició en moto hasta orillas del río Tebicuary que cruzó en bote a remo, luego caminó treinta minutos a pie por el monte.

Apenas llegó a la casa de su paciente, la enfermera le tomó la presión, la temperatura y la saturación. Esta última estaba por el suelo. “Le llamé al doctor y le conté la situación y me dijo que no había nada que esperar, que teníamos que sacarle de ahí”, relató Isidra.

Don Tito fue duro de roer. No quería escuchar razones e insistía de que si iba a Pilar, lo dejarían internado. Pero Isidra le prometió que ella misma le iba a tratar sea lo que fuere que tenía.

Pero lo más difícil de todo era que apenas podía caminar por su deteriorada salud.

“Pensamos sacarle en una silla, pero era cargarle en silla todo el camino”, recordó la licenciada. En eso, vio la carretilla y le dijo al nieto del abuelito que podría ser útil.

De esta manera transportaron al abuelito.

De esta manera transportaron al abuelito.

Gentileza

80 kilómetros

Don Tito, convencido de ir a la ciudad, no puso peros para subir. Se montó en la carretilla y se unió a la odisea. Así recorrieron nuevamente el monte, llegaron hasta la vera del río y cruzaron otra vez en bote a remo.

Al otro lado, dos hombres le llevaron al hombro hasta donde subieron a un vehículo para llevarlo al centro de Salud de San Juan en Ñeembucú, cumpliendo un círculo de 80 kilómetros de recorrido.

De allí lo llevaron al hospital regional de Pilar donde llegó a las 14:30 y un PCR confirmó que tenía COVID. “Encima el señor está sin vacunarse”, dijo preocupada Isidra.

La enfermera contó que la aplicación de la vacuna anticovid en San Juan se hizo casa por casa para los abues, pero al parecer no llegó a Villa Franca. Isidra llegó a don Tito, tras recibir el llamado de una de las hijas del abue, quien vive en Asunción.

Tito tiene 10 hijos, pero la mayoría ya tiene su propia familia. Él está al cuidado de un nieto, que se fue a vivir con él justamente debido a su avanzada edad.

La enfermera comentó a EXTRA que Tito vive de lo que él mismo produce en su chacra. Además tiene una vaca lechera que le da leche para vender y consumir en casa con su nieto.

Isidra contó que el viernes le llamó la hija de don Tito a la tarde, cuando ella salía de su laburo en el centro de Salud. Le pidió que vaya a hacerle un control porque no se estaba sintiendo bien, pero por el largo camino a recorrer pasó la visita para el sábado que tenía día libre.