Con sus delicadas manos, la hermana Anacleta Isasi (82) viste cada año a la Virgencita Azul de Caacupé. Según cuenta, hace 40 años llegó desde Asunción una mujer de nombre Victoria, quien le pidió ayuda para vestir a la madre protectora del Paraguay. “En el 2003 la señora falleció, desde entonces me quedé como la encargada”, recordó la religiosa.
“Justo ayer (por el miércoles) cambiamos la ropa a la imagen original, aprovechamos que vino de ser restaurada y le pusimos coqueta para el gran día”, reveló Anacleta. Este año una familia capitalina donó el traje para la Virgen, que consiste en el vestido de color blanco con detalles dorados y el manto azul, totalmente bordado en color oro.
“Más de una hora tardamos en vestirla ya que debe ser con cuidado, debajo de estas prendas hay otras ropitas que se le coloca”, comentó la costurera. El costo del atuendo de la doncella católica asciende a los G. 4.000.000, según dijo la monja. “Solo porque son donaciones le cambiamos cada año. Lo que le quitamos mandamos a la tintorería y luego guardamos o colocamos por las demás”, explicó.
También anunció que cada prenda que se le va cambiando se expondrá en el museo que se está construyendo en la Basílica, así como las joyas que se donan a la Virgen y que serán expuestas en la galería.
Este año la imagen original no saldrá a peregrinar, solamente la réplica, anunciaron las autoridades eclesiásticas. En total hay cuatro Virgencitas en Caacupé. La primera es la auténtica, que está exhibida en la Basílica, la segunda es la Virgen Peregrina. La tercera se encuentra en el oratorio del Santuario y la cuarta es la Tupasy Ykua, a la que puede apreciarse en la capilla ubicada cerca del Ykua de la Villa Serrana.