“Se pelean todas por mí, viste que soy churro”, asegura don Catalino Cuéllar (68), un humilde reparador de sillones de cables que es conocido por bailar a la hora de trabajar. Para ello, no precisa de una pareja sino solo unos metros de cable y una pieza de cachaca o rock and roll.
Hace 45 años, de manera casual, abrazó este oficio. “Vi a un joven que no podía terminar la reparación y me dije: ‘Yo puedo’. Desde aquel momento, hasta hoy día, lo realizo”, contó con orgullo el trabajador. Actualmente, tiene su taller, denominado “El Churro”, en el barrio Cerro Guy de Lambaré.
FEO, PERO VISTOSO
Mientras hace sus labores, sus amigos y clientes le gritan al pasar: "¡Adiós, churro!”. Es que así es su marcante. “Las personas me pusieron ese apodo porque soy feo, pero vistoso”, comentó entre risas nuestro protagonista, quien asegura que, especialmente las chicas, se pelean por él.
A pesar de sus casi siete décadas, muestra un espíritu juvenil admirable y dice que su secreto es estar siempre feliz. Admitió que desde niño la vida no se le hizo fácil. “Tuve que enfrentar situaciones difíciles, crecí por la calle, vendía diarios, lustraba zapatos... de todo hacia”, declaró al SNT.
Luego de que un video, en que aparece bailando y trabajando, se hiciera viral a través de las redes sociales, el “churro” lambareño afirmó sentirse muy querido y admirado por los demás. Hoy cuenta con mucha clientela.
El hombre tiene 12 hijos, quienes le regalaron 34 nietos y, a su vez, estos le dieron la dicha de ser bisabuelo de 2 hermosas criaturas.