28 abr. 2024

Egipcio pidió socorro para huir de su novia paraguaya

Historia de amor inició en Facebook y terminó vía justicia. Vino para casarse porque pensó que tenía plata, según la mujer.

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Verónica Gómez junto con Pola.

Verónica Gómez llegó a casa después de una larga jornada laboral. Se entró a bañar y, al salir, vio las luces de una sirena. Se cubrió con una toalla y salió al balcón, donde se dio cuenta de que algo andaba mal.

“Necesitamos hablar con usted, señora”, le dijo uno de los policías que estaba frente a su vivienda en Asunción.

Los agentes del departamento de Lucha contra la Trata y de Crimen Organizado llegaron hasta su residencia para atender la denuncia de un ciudadano egipcio que acudió a la diplomacia de su país en Uruguay para que lo ayuden a volver a su nación.

“La embajada nos informó que se comunicó con ellos porque no podía salir de la casa”, comentó el comisario Pedro Lesme a EXTRA. La situación fue realmente extraña, porque al llegar los policías, el señor Polycarpoes Foad Saeed ya estaba con su equipaje listo como para retirarse del lugar.

“Él dijo que la mujer le tenía retenido. Entonces nos pidieron verificar la situación, llegamos al lugar y él salió voluntariamente con su maleta y se fue con la Policía”, agregó.

Aclaró que el Pola no hizo denuncia alguna por maltrato, sino que simplemente quería rajar de nuestro país porque ya no se sentía a gusto con la vida que le ofrecía su novia paraguaya.

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Verónica mostró mensajes con Pola, donde él le decía que le iba a abrir la puerta.

¿Por interés?

Verónica quedó shockeada con la situación. Dijo que desde hacía días el extranjero le presionaba para sacar un préstamo y le ayude a montar una cafetería. Sin embargo, según su versión, ella ya no tenía líneas de crédito por las deudas que contrajo justamente para ir a Egipto a conocerlo en marzo.

Ella cree que al pillar que no era una persona con dinero y ante su negativa, el novio se pichó y, como él tampoco tenía dinero para mantenerse acá, su única salida fue pedir ayuda a la embajada para que le “rescaten”.

La mujer de 32 años conoció a Pola por Facebook, en octubre último, y en marzo hizo el préstamo enorme para viajar más de 11.000 kilómetros.

“Me dijo que era gerente de recursos humanos en una empresa inmobiliaria de su tío, cuando me fui allá me di cuenta de que no era así”, indicó la chica. Pertenecía a una familia que rozaba la clase media, según ella.

La odisea de volver

Verónica también tuvo que pedir auxilio a la Embajada de Paraguay en Egipto para volver en mayo a nuestro país. Ella regresó un mes después de que venciera su permiso para estar allá debido a que, de forma extraña, se perdió su pasaporte.

Pola llegó acá el 2 de setiembre y lo más increíble de toda la historia es que, para venir a Paraguay, Pola llegó a pedir ayuda a los familiares de Verónica y hasta a su exmarido, cuando ella viajó de nuevo hacia nuestro país.

Se bautizó: “Soy de él y él mío”

Verónica contó que la idea de ellos era casarse cuando ella resuelva todos sus papeles, porque sigue casada con el padre de su primera hija.

Lo más insólito de este caso, es que ella se bautizó en la religión ortodoxa de Pola y ambos se hicieron un tatuaje de su “unión”. “Significa que soy de él y él mío”, expresó.

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Representa el bautismo y unión.