En un recorrido de hace dos años para dar a conocer la ley de las trabajadoras domésticas, descubrieron una cruda realidad.
Había domésticas que cobraban de G. 100.000 a G. 300.000 al mes sin retiro en Misiones. Es decir, ni el 5% del salario mínimo.
“Nos quedamos mirándonos anonadadas porque no se puede decir más ni miseria de eso”, dijo a EXTRA, Myriam Agüero, del Sindicato de Trabajadoras Domésticas del Paraguay.
Casos de explotación laboral salieron a la luz luego de la denuncia de un trabajador de estancia que cobraba G. 30.000 al mes en el Chaco.
Agüero destacó que la situación en el interior del país pudo mejorar luego de que supieran sus derechos, aunque siguen cobrando menos del salario mínimo que exige la ley.
“Para ellas es algo en vez de no hacer nada. Dicen ‘por lo menos mi plato de comida me salva ahí’”, recordó.
No descansan
Las domésticas sin retiro son las primeras en despertarse en la casa, a las 05:00, y las últimas en dormir, a las 23:00.
Ellas cobran mucho menos porque supuestamente les dan comida y techo. Las que trabajan con retiro, trabajan 12 horas diarias.
La ley del 2010 obliga a que aporten para su jubilación pero en muchos casos no se está cumpliendo.
“Se les paga G. 1.000.000, a reventar G. 2.000.000, ya tenés que tener mucha suerte y estar con una familia adinerada”, afirmó.
Sin IPS
En esta pandemia, muchas domésticas que tenían IPS están perdiendo este derecho porque no les pagan lo suficiente o quedan sin empleo.
Pidió que el Ministerio de Trabajo haga inspecciones.
“Una doméstica acude y ahí recién cobra lo que en realidad es, pero no tiene que ser así”, refirió.
Para hoy se prevé una reunión en la Cámara de Diputados con los trabajadores rurales que denuncian ser víctimas de explotación.
Darán sus testimonios como víctimas de “injusticia social, laboral, maltratos físicos y psicológicos” en sus trabajos.
Del Chaco a la chacra
Cientos de indígenas del Amambay quedaron sin trabajo por la pandemia y volvieron a sus comunidades.
“Eran empleadas y muchos trabajaban en el Chaco, en lugares lejanos, volvieron todos”, resaltó Digna Morilla de la comunidad Ita Guasu de Pedro Juan Caballero.
Los que trabajaban en las estancias de la zona ganaban cerca de G. 1.000.000 por mes sin IPS, afirmó. “Volvieron a la comunidad a plantar mandioca, maíz, sandía”, dijo.