El doctor Luis Brizuela se asustó tanto al saber que su sello, ese objeto que para muchos parece un simple detalle administrativo, podía convertirse en la puerta de entrada a un problema tan serio. Médico del Hospital Distrital de Independencia, Guairá, se encontró que alguien estaba falsificando su sello para emitir documentos médicos que él jamás había firmado.
La advertencia no vino de un jefe ni de una auditoría, sino de una funcionaria del propio hospital. Ella le comentó que se habían detectado reposos médicos sospechosos, aparentemente emitidos a nombre del doctor. Al revisar con mayor atención, Brizuela confirmó que, en efecto, se trataba de una falsificación.
Lo que parecía al principio un “truco inocente” para conseguir algunos días de reposo laboral, pronto reveló algo mucho más peligrosa: esos papeles podían haberse utilizado para la compra de medicamentos controlados, incluso sustancias de alto riesgo como el fentanilo o fármacos abortivos.
“Lo que más me preocupó no fueron los reposos en sí, sino el riesgo de que con esos documentos alguien pudiera acceder a drogas peligrosas. Ahí me di cuenta de que esto iba mucho más allá de una simple falta”, explicó el médico.
El caso estalló en la filial de la Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo (UNVES), ubicada en la Colonia Independencia. Fue allí donde se constató el uso de los documentos falsos. Una funcionaria de la universidad había acudido alguna vez a consultar con el doctor Brizuela y obtuvo un reposo legítimo. Pero más tarde, aparecieron nuevos reposos firmados con el mismo sello, que nunca habían pasado por sus manos.
El nombre de esa funcionaria es Gloria Navarro. Según relató el doctor, ella fue la primera en acercarse a él con un certificado real, pero posteriormente también presentó otros reposos falsificados. Las investigaciones apuntan a que no actuó sola: se habla de al menos tres personas implicadas.
Brizuela, consciente del peso de la situación, presentó formalmente la denuncia el 3 de julio de este año. El caso cayó en manos del fiscal Diego Duarte, de la Sexta Unidad Fiscal, quien abrió la investigación para determinar el alcance del fraude.
“El peligro era que con ese sello se podía autorizar la compra de drogas como el fentanilo, que es 100 veces más potente que la morfina. Un mal uso de ese medicamento puede provocar desde una sobredosis hasta la muerte. Esa fue mi mayor alarma: que alguien, sin saber o con mala intención, usara mi nombre para algo así”, contó el médico al portal VozGuairá.