“PENSÉ QUE LA MATARON”, ADMITIÓ MAMÁ DE LA BEBA RAPTADA
La pequeña fue encontrada en una construcción, con la ropa mojada.
[gallery type="slideshow” size="full” ids="53410,53411"]
JUNTOS DE NUEVO
Balbina Benítez aprendió a no confiar a nadie el cuidado de su hija. Prometió al Divino Niño Jesús hacer una chocolatada como agradecimiento. Toda la familia dio una nueva bienvenida a la princesita de la casa.
“Esta es esa desgraciada”, dijo Balbina Benítez cuando la policía le envió la foto para reconocer a la mujer que le hizo pasar las horas más difíciles de su vida, al robarle a su hija de tan solo dos meses.
Luego de que un señor alertara a los uniformados de que la mujer que aparecía en el video de circuito cerrado tenía las mismas características de su vecina, Elizabeth Vera González (39) fue detenida en su casa, ubicada en la compañía Mariscal Estigarribia de 1ro. De Marzo, ciudad de Cordillera.
“Estoy arrepentida, le pido (a la familia) de todo corazón que me perdonen. Gracias a Dios se le encontró sana y salva a la beba”, dijo Elizabeth al llegar a la comisaría. Según manifestó, hace siete días perdió a su bebé a causa de una enfermedad, no se resignó y, al tener en sus brazos a la niña, se encariñó y quiso llevársela.
La detenida señaló que tiene dos hijos, una nena y un varón. Agregó que, cuando se dio cuenta de que había cámaras y como la criatura no dejaba de llorar, la dejó abandonada en un lugar que ella misma no conocía.
La menor fue encontrada en una casa en construcción, en el barrio Niño Salvador del Mundo, de Capiatá, alrededor de la medianoche. Vecinos de la zona escucharon el llanto y llamaron a la Policía. La pequeña estaba a la intemperie y tenía la ropita mojada.
EN LA CASA
“Cuando me llamaron para avisarme que le encontraron a mi hija, no imaginé que iba a estar sanita, pensé que le mataron y le tiraron”, admitió la mamá, quien ya bajo el calor de su humilde hogar, no volvió a despegarse ni un segundo de su princesita.
Balbina sostuvo que encomendó su hija al Divino Niño Jesús y al Señor San Antonio. “Voy a hacer chocolatada para los niños como agradecimiento”, anunció.
El papá, Cristian Roa, contó que entre más pasaban las horas la desesperación aumentaba.
Tanto Balbina como Cristian insistieron en que, lastimosamente, ya no se puede confiar en nadie.