FILMADA
Un circuito cerrado captó cuando ingresaba a una casa, hurtó varios objetos. El propietario denunció el hecho. (Foto: Más Encarnación)
Con la mirada fija en un papel y lágrimas en los ojos, R.S. observaba la orden de captura contra su hija de 16 años, confiando en que ese documento podría salvar su vida. Sin nada más que un corazón roto, el papá llegó a la Comisaría 101 de Cambyreta (Itapúa) y entregó a su propia sangre.
“Con todo el dolor de mi alma tuve que hacerlo, porque ya no encuentro opción”, relató a EXTRA.
Su tormento comenzó hace un tiempo, cuando su retoña vino de visita de Argentina, donde vivía con su madre y ya no quiso ir. Pero lejos de disfrutar de su estadía empezó a consumir drogas y terminó totalmente dominada por estupefacientes.
Poco después, la jovencita empezó a llevarse objetos ajenos. Una cámara de seguridad la captó el pasado 22, cuando ingresaba a una casa. El propietario realizó la denuncia y tres días después la menor fue detenida; luego liberada, por lo que su papá rogó por la orden de detención.
“Ella causa destrozos en todo el barrio, rompe vidrios, sube sobre los autos, se lleva cosas y luego las deja por ahí tiradas, no quita provecho de eso, hace porque no está bien”, mencionó R.
Su hija corre por la calle descalza y descontrolada. “Intenté de todo”, contó con tristeza su padre.
Algo raro
El panorama cambió cuando se dieron cuenta de que la chica tenía comportamientos más raros que las de una adicta. Incluso, los vecinos empezaban a murmurar sobre eso, pero don R. se mostraba incrédulo hasta que ayer amigos de la menor revelaron datos a una psicóloga que ahora la asiste.
“Ella se iba a una iglesia evangélica donde hacen ritos de liberación y creo que algún espíritu maligno salió de alguien y entró en ella”, mencionó. “No es solo drogas, también hay algo sobrenatural acá”, aseguró el hombre, quien solicitó urgente ayuda de los organismos competentes para su caso. “Necesito que se la trate, quiero recuperar a mi princesa, antes de que le pase algo peor en la calle o en la cárcel”, rogó llorando.
La chica está detenida en la Comisaría de Mujeres, de Encarnación. “Mejor ahí que en la calle”, finalizó el señor.