El padre Gumercindo Caputo, denunciado por abuso sexual de dos menores por el arzobispo de Asunción Edmundo Valenzuela, aseguró que es inocente y cuestionó los privilegios otorgados a otros sacerdotes que cuentan con antecedentes. “La acusación es muy grave, pero yo no hice nada. Persiguen a inocentes y encubren a otras personas que sí son culpables”, sostuvo el religioso en la 780 AM.
Por otra parte, el cura indicó que la denuncia fue inventada ya que existen intenciones de apartarlo de la Iglesia. “Pusieron un palo en mi rueda. El arzobispo me pidió que renuncie, pero yo le dije que no voy a renunciar, no voy a ir en contra de mi conciencia”, resaltó.
Admitió que conoce a las dos personas que aseguraron ser abusadas sexualmente por él. “Desde que me enteré, nunca traté de hablar con ellos. No puedo creer que hayan hecho esas denuncias porque son personas a quienes la Iglesia le abrió las puertas de par en par. Mi único pecado fue haber sido generoso con la gente, haberlos recibido bien”, sostuvo.
Hay otros casos
“No sé por qué el arzobispo recién ahora saca a luz esto. No sé qué quiere, porque no hizo lo mismo con otros. Las malas lenguas dicen que hubo muchos casos más que no salieron a luz”, continuó el ahora procesado. En ese sentido, Caputo cuestionó la protección que recibe el padre boliviano Lucas Brítez, quien había sido condenado en su país a cuatro años de cárcel por estafa y se refugió en el Paraguay. Caputo lo describió como una persona muy allegada a Valenzuela.
Con respecto a la investigación, aseguró que apelará a nivel penal así como en el fuero religioso.