09 dic. 2024

Con feroz cruz sobre su lomo, promesero va rumbo a Caacupé

La Virgen le libró de la muerte y la mala racha económica, aseguró y caminará más de 300 kilómetros para pagar su promesa.

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Nacho va rumbo a Caacupé con la cruz de 2 metros y 10 kg.

Gentileza

Con una pesada cruz en el hombro y una fe inquebrantable, Ignacio Acosta (40) partió el lunes por la madrugada desde Puente Kyjha, Canindeyú, hacia la Basílica de Caacupé en agradecimiento a la Virgen de los Milagros. Según él, la Virgencita no solo lo libró de la muerte en dos accidentes de tránsito, sino que también de la mala racha económica y la depresión.

Ignacio, más conocido como Nacho, contó a EXTRA que desde hace dos años venía pasando por una racha de mala suerte, en la que casi perdió todo lo que tenía.

Su comercio quebró y luego sufrió dos terribles accidentes de tránsito. En el primero, el auto dio tres vueltas sobre la ruta, pero él salió ileso. Ese mismo mes, tuvo un segundo percance en el que chocó contra un árbol y, aunque su camioneta quedó destrozada, él salió con apenas unos rasguños.

Nacho resaltó que, si bien él también es católico, fue su esposa quien le ayudó a acercarse a la Virgen para pedirle ayuda. En enero de este año, le prometió a la Virgen que, si lo ayudaba, iba a caminar con la cruz en el hombro hasta Caacupé. Milagrosamente, al otro mes, consiguió trabajo en una fábrica, luego logró volver a abrir su negocio y en agosto de este año pudo comprar una camioneta nueva.

“Sufría mucho, pero solo yo y mi señora sabíamos. No le quería demostrar a mis hijos”, comentó.

Prueba de fe

Decidido a cumplir con su promesa, le pidió a un amigo carpintero que le hiciera una cruz de madera para poder cumplir la promesa. La cruz, de 2 metros y 10 kilos, fue bendecida por el padre de la parroquia Santa Catalina antes de emprender la peregrinación.

Camina unos 40 kilómetros por día y empieza su viaje desde la mañana hasta la noche. Su sobrino Richard lo acompaña desde la camioneta, atento a cualquier emergencia. Nacho deberá recorrer 375,4 kilómetros desde Puente Kyjha hasta la basílica, soportando el calor y el cansancio.

Manifestó que lo que más le sorprende es la cantidad de personas que, llorando, se le acercan a darle ánimos y ofrecerle agua fresca y comida.

Durante las noches, las parroquias les suelen dar alojamiento, pero cuando no, arman un camping en el camino para descansar allí. Según sus cálculos, llegaría el próximo jueves por la mañana.

Su sobrino le grabó y subió el video a su cuenta de Tiktok, donde recibió cientos de comentarios de apoyo, alcanzando más de 24.700 Me Gusta.