Colectivo lleno de pasajeros, ventanas cerradas. Apenas se abren las puertas, entra más gente, y también olores. Con el frío, el baño parece opción para muchos, y eso lo sufren, sobre todo, los que van al volante.
“Con el frío, la gente no se quiere bañar”, dijo a EXTRA César Pineda, chofer de la Línea 26 Lince. En redes abundan las quejas de pasajeros que aseguran que viajar es una tortura, pero Pineda pide que también se piense en ellos. Contó que soportan muchas cosas, no solo en verano.
En invierno, con todo cerrado, los olores se concentran. Como estrategia opta por abrir las puertas delanteras y traseras para que corra el aire. También valida el pasaje y pide que vayan al fondo.
Dijo que los hombres son los que menos se bañan, y eso se huele.
Mencionó que, además del olor a sobaco y “teviné”, tienen que aguantar el jurune, porque muchos ni siquiera se cepillan. “Esos son los que se te quedan a hablar”, agregó.
“Que piensen en nosotros y en los demás, uno le huele luego a su rapicha si no se baña”, dijo. Incluso criticó a sus propios colegas: “Siempre me plagueo por eso, no son solo los pasajeros, hay también choferes puercos. Algunos duermen en la parada y no quieren pasar por el jabón”.
En otros países ya son más directos, porque los choferes pegan carteles en los micros pidiendo a los pasajeros que, al menos, se laven las axilas.
El mal no distingue plataformas. Cristhian Traversi, chofer de Bolt, también lo sufre. “El sábado pasado, una pasajera se subió en una zona chuchi de gente con plata para ir al súper, y madre santísima, Dios nos guarde, demasiado mal ko olía. Por suerte su viaje era de siete minutos”, contó.
Abrió las ventanillas, pero como comenzó a llover, tuvo que cerrarlas. “Un consejo: por lo menos cámbiense de ropa y pónganse cualquier suavizante si no se quieren bañar”, lanzó.
Mariza Santacruz, moza de 29 años, también siente el drama en carne propia. Sale muy temprano a trabajar y muchas veces tiene que aguantar a los “odiadores de la ducha”. “Está bien, su cuerpo, su decisión, pero nosotros, los que estamos a su lado, no tenemos por qué aguantar sus malos olores”, reclamó.