25 abr. 2024

Cae en Chacarita sospechoso de matar a su novia en Ñemby

La policía va aclarando de a poco el crimen. Se presume que fue una venganza por cuestión de drogas.

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El autor fue detenido en una vivienda de la Chacarita.

Diez días transcurrieron de la muerte de Ana Paula Jara Acosta, la joven de 22 años que denunció once veces casos de violencia intrafamiliar, uno de ellos por intento de feminicidio y que además, protestó en redes por la cantidad de asesinatos de mujeres que hay en la actualidad.

Su muerte parecía un rompecabezas difícil de resolver para la policía. Por más que había ciertas pistas, todas parecían llevar a un laberinto sin salida, hasta que finalmente lograron identificar a un sospechoso. Pablo Enrique Vázquez, un expresidiario residente en el barrio Ricardo Brugada de Asunción, popularmente conocido como Chacarita.

Su nombre saltó como sospechoso por ser la última persona que estuvo con ella.

Pablo Enrique permaneció oculto en el populoso barrio, donde es fácil escabullirse a través de rincones donde la policía difícilmente llega. Pero siguieron su rastro luego de un allanamiento en el bañado Tacumbú, donde consiguieron averiguar su ubicación exacta y le cayeron encima.

Eran las 4:10 de la madrugada cuando llegaron hasta las calles 14 de Mayo y Playa, donde lo sorprendieron cuando aún no amanecía. El joven de 26 años negó su implicancia en el hecho. “Cuestión de seis días vivió conmigo porque recién salí de la cárcel. En el vídeo se ve que no fui yo”, expresó el detenido a Telefuturo asegurando que, a las 13:30 del martes 9 de agosto cuando ocurrió el crimen en el barrio La Lomita de Ñemby, él estaba en su casa, en la Chacarita.

https://twitter.com/npyoficial/status/1560621547701690369

“Ella se subió en el Bolt, para irse a Capiatá junto a su primo, pero era su novio ra’e”, expresó el detenido, asegurando que su novia tenía otra pareja. “Si sabía que le amenazaban, no iba a dejar que se vaya”, añadió.

El comisario Marcelino Espinoza, jefe de Investigación de Delitos de Central comentó que llegaron hasta él con la sospecha de que se trataría de un crimen por venganza, debido a que Ana Paula tenía que realizar un negocio (comandado por otra de sus parejas desde la cárcel) vinculado a las drogas y al parecer no lo concretó.

Espinoza explicó que además de armas, se encontró también droga en poder de Pablo. “De ahí se levanta la hipótesis del ajusticiamiento en base a una mala negociación. Se apoderó de una mercadería, la vendió y no pagó por la misma”, indicó el comisario.

Ana Paula Jara, víctima del crimen.

Ana Paula Jara, víctima del crimen.

Respecto al arma, el detenido alegó que es de su propiedad. “Es mío para poder salvar mi vida. Es 38 y con la que se le mató es 9mm”, aseguró. Se declaró consumidor y dijo que la droga era para su propio consumo.

De acuerdo con los datos policiales, Pablo Enrique estuvo en prisión por robo agravado. Su modalidad: Robo a conductores de Bolt. El mismo cuenta con más de una decena de denuncias esparcidas en comisarías de Asunción y Central, especialmente Mariano Roque Alonso y Loma Pytá.

Ana Paula fue asesinada detrás de una fábrica, hasta donde el autor le llevó encontrando un punto ciego, donde no llegaban las cámaras de circuito cerrado.