En los últimos años, encuentros nocturnos con alcohol y música a todo volumen se han vuelto un “clásico” en establecimientos como las estaciones de servicio. Las denuncias por polución sonora son frecuentes y, en algunos casos, los surtidores debieron ser clausurados por este motivo.
Sin embargo, los empleados y encargados de las gasolineras aseguran que son culpados injustamente pues, para ellos, los verdaderos responsables son agentes de la Policía Nacional.
IMPOSIBLE DE CONTROLAR
Luqueños que viven en zona del aeropuerto denunciaron que tanto en la Petrobras como en el “Rapidito”, ubicados al costado de la autopista Silvio Pettirossi, son puntos de encuentro de motociclistas que se reúnen para tomar bebidas alcohólicas, realizar picadas y armar disturbios.
Fernando Mereles, un playero de la Petrobras, explicó que aunque el consumo de bebidas alcohólicas está prohibido
dentro del predio, muchos jóvenes siguen frecuentando el sitio. “Vienen y se colocan al costado o frente al surtidor.
Traen sus cervezas y hacen sonar sus equipos de sonido. A los clientes les molesta y llamamos a la patrullera (policial), pero no solucionan nada. Se dispersan cuando los agentes llegan, pero a los 20 minutos ya están todos otra vez”, explicó el trabajador.
María Rojas, encargada de Marketing de Barcos y Rodados, indicó que el problema se les escapa de las manos. “Nosotros avisamos a la Policía, llevamos notas a la Municipalidad y colocamos carteles que prohíben la polución sonora, más que eso no podemos hacer.
Deseamos que ya no armen disturbios, pero eso depende de las autoridades”, señaló.