Perigo, el perro que no se separa de su dueño indigente en Pedro Juan Caballero, recibió su primer baño en mucho tiempo.
“Cero pulgas y garrapatas, uñas limpias y cortas, perfume francés. Ahora sí puedo quedarme con mi papá, lloro luego amargamente cuando me ponen en el pasillo para dormir”, postearon en las redes, haciéndole hablar al firuláis.
La organización “Protección animal Amambay”, destacó que ya nadie le corre ni le pega y que atrás quedaron los días de hambre y frío. Su dueño solamente duerme “y yo puro pila. Al otro lado de la casa me pescan dos Chow Chow y un Pitt, entonces mi único paseo es el Cruzeiro, cruzo del pasillo a la pieza nomás porque les tengo miedo”, añadió Perigo.
El mejor amigo del hombre vive con una persona de edad, don Francisco, que se vale de una voluntaria para su limpieza diaria. Una de las opciones es llevarle a un asilo de Brasil, pero allí no le aceptarían a Perigo.