24 abr. 2024

Asesina por placer se siente “como en su casa” en la cárcel

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Vida violeta

Según psicólogos, el color lila puede denotar violencia y sed de poder en la personalidad de quien lo usa.

Desde la condena todo es silencio en la casa de Giselle Millen (28). La familia vive refugiada en su casa del Barrio Maria Auxiliadora de Atyrá, por temor a ser humillados, según manifestó J.B. Núñez, vecino de los Millen.

El hombre es pintor y fue contratado por los padres de Gisselle para que fuera a “hermosear” la celda que la joven ocupará por 40 años, en el Buen Pastor, por haber asesinado a Agustín Bogado. Núñez llegó hace 15 días al reclusorio de mujeres y se encontró con un calabozo de 4 x 3 metros, que la chica compartía con otra reclusa. El pintor contó que ella le dijo que se sentía como en casa. Giselle escogió un color lila intenso para su celda. Llamativamente, el día de la condena, Millen llevaba puesto un ponchillo lila, demostrando su gusto por esta tonalidad. Para la psicóloga Paola Zapata, el gusto por los colores fuertes, como el lila, pueden demostrar cierta tendencia hacia la vida intensa y a veces hasta violenta, pero esto no siempre es así. “En Psicología nunca 2 + 2 es 4”, aclaró la profesional.

Casi no la veía

Núñez contó que casi nunca vio a Gisselle. “Ellos se mudaron hace 4 años acá, ella casi nunca se quedaba, un año después vinieron dos camionetas a parar frente a su casa y se la llevaron, había sido era de la Fiscalía”, contó. Su madre casi no sale: se encerró en su casa y solo sale para ir a los cultos de una iglesia evangélica o a visitarla.