Durante tres años don Ángel Sanabria fue beneficiario del Programa de Protección a Adultos Mayores del Ministerio de Hacienda. Cada mes, recibía sin drama alguno la platita que le correspondía. Si bien no era mucho, le servía para cubrir gastos que a sus 74 años le exige la vida, en su ciudad de General Delgado, Itapúa.
Pero con gran asombro y tristeza se topó en octubre del 2017, cuando al acudir a un cajero no logró retirar monto alguno y su tarjeta ya estaba inhabilitada. Rápidamente acudió a la sede del Banco Nacional de Fomento, donde le informaron que el problema venía desde el Ministerio de Hacienda.
“para su cajón”
Al acudir a la mencionada entidad estatal se encontró con otra gran sorpresa: le informaron que estaba muerto. “Demasiado quiero que me den aunque sea para poder comprar mi cajón si estoy fallecido”, lamentó el abuelito, asegurando que desde entonces continúa intentando que lo reintegren a la lista de beneficiarios, pero eso no ha ocurrido aún. En el año ya salieron a la luz siete abuelitos sacados de la lista por, supuestamente, estar muertos.