Un alemán antivacunas y su señora, que sería hippies (de un movimiento pacifista que está en contra de las reglas sociales), armaron un sarambi de la gran siete en el Hospital de Piribebuy, en Cordillera, en la tarde del jueves.
Sandra O. (26), de nacionalidad paraguaya, dio a luz en su casa, en la compañía Capilla Cué, de Piribebuy, y fue llevada con su bebé prematuro al hospital. Allí, el lío empezó porque ella y su marido Mario K. (59) no quisieron que los médicos le aplicaran al recién nacido una inyección para que sus pulmones se puedan desarrollar bien.
“Por eso ordené su detención, ya que debemos precautelar la salud del niño ante toda creencia o cultura”, dijo a EXTRA la fiscala Gloria Gamarra, de Caacupé.
El papá fue preso, pero le liberaron luego de que se comprometió a dejar que el niño prematuro reciba los tratamientos médicos necesarios.
“No le imputé porque el bebé y el hermana de 3 años son bien atendidos, solo que actuaron así por su cultura”, sostuvo la representante del Ministerio Público. Sin embargo, si no cumplen con lo acordado, se abrirá un proceso en contra del papá y la mamá.
Era buscada
Por Sandra ya había una orden de búsqueda y localización debido a que cuando tuvo a su primer hijo se escapó del Hospital de Paraguarí, informó Gamarra.
Con manzana
Además, algo que dejó con la boca abierta a los intervinientes es que la pareja comió la placenta tras el parto.
La Defensora de la Niñez de Cordillera, Johana Larán, dijo que la pareja por su cultura es antivacuna. “Ella es hippie y me contó la pediatra que se comieron la placenta con una manzana. Pregunté a psicólogos sobre la situación y me dijeron que la creencia de esa cultura es que la placenta les da fuerza y vigorosidad”, manifestó.
Madre e hijo fueron trasladados al Hospital de Caacupé, donde siguen internados, pero entre hoy o mañana ya serían derivados nuevamente al centro asistencial de Piribebuy.
Con machete
La Defensora de la Niñez de Cordillera, Johana Larán, expresó a EXTRA que en dicho departamento hay cientos de casos de personas que rechazan las vacunas. “Los vacunadores cuentan que les siguen con machete, les retan y tiran cosas. La mayoría son de religión no católica, nos informan y nosotros a su vez a la Codeni, cuyos funcionarios van a advertirles que deben vacunarse”, indicó.