La preparación de la tradicional chipa está en la cuerda floja a poco de llegar la Semana Santa. El último fin de semana, sorprendió a todos el salto enorme que dio el precio del almidón, materia prima de la chipa. Alcanzó el costo más alto de toda su historia en varios súper, donde superó los G. 15.000 por kilo, el doble que antes.
Gustavo Lezcano, presidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados (CAPASU), explicó a EXTRA que todo el drama es por el cierre de rutas que no permite la llegada de los productos. “La chipa va a estar complicada la Semana Santa si es que esta inestabilidad de las rutas sigue”, expresó.
Pero, no es solo el almidón. El queso Paraguay también trepó a G. 36.500 por kilo en algunos lugares. Lo más bajo que se pudo encontrar rebuscando, es G. 26.500. El huevo no bajó, pero se mantuvo en un precio de G. 35.500 por cada plancha en 30 unidades, en los principales comercios.
Carne barata, no
Lezcano reconoció que en varios locales están escaseando los cortes más populares: como la carnaza y el puchero de segunda. “Hay cortes que no se colocan en el mercado exterior, quedan en el interno. Depende de que se abra el mercado de Rusia para que haya más cortes que sobren”, indicó.
Otro producto que dejó con agujeros en los bolsillos a algunos es el pan, que subió entre 500 y 1.000 guaraníes. El felipito antes costaba G. 4.800 más o menos, ahora ya está por los G. 5.650; la galleta costaba G. 4.600, ahora aumentó a G. 6.200 guaracas.
Congelarían los precios
El presidente de Capasu aseguró que, si bien dependen de que se termine el paro en rutas, ellos tratarán de abastecer su stock para congelar sus precios con respecto al actual y no subir más hasta Semana Santa.
Los que están de parabienes son los amantes del lechón, aseguró Gustavo. Mencionó que es el corte más estable y que probablemente no subirá durante las próximas semanas hasta los días santos.
Organizaciones sindicales que integran el Consejo Nacional de Salario Mínimo se hicieron sentir ayer, con el pedido de un reajuste de por lo menos G. 600.000 más del salario, para amortiguar el golpe de las subas.