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Unos 1.377 días esperó doña Obdulia Florenciano, la madre del suboficial Edelio Morínigo, secuestrado por el EPP, para recibir ayer la trágica noticia de que su hijo pudo haber muerto en cautiverio hace mucho tiempo.
Con desgarradores gritos de impotencia, la mujer recordó que en todo momento negó que el suboficial se haya unido al grupo criminal.
Traición
Sentada y llorando, con el uniforme de su hijo en manos, afirmaba una y otra vez que los criminales verdaderos son los que lo entregaron al grupo criminal. “Hasta ahora no se sabe nada de los que le llevaron a mi hijo a una cacería. A él le traicionaron. Los que le llevaron nunca hablaron conmigo. Esos ya no tienen perdón de Dios”, dijo a los gritos.
Por su parte, el comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta, General Héctor Grau, y el fiscal Federico Delfino fueron quienes acercaron panfletos que indicaban que Edelio habría fallecido. Sin embargo, Grau aclaró que no se puede todavía oficializar la muerte del efectivo policial.
Enojo
Ricardo Morínigo, hermano de Edelio, dijo que las autoridades manejaban que el uniformado habría fallecido hace aproximadamente ocho meses. Sin embargo, criticó duramente que durante enero informaron que aún seguía con vida, según datos de inteligencia.
“Mi hermano no es un animal para estar tirado por ahí. Quiero saber por qué tacharon unas letras del papel que nos entregaron. Seguramente las autoridades fueron para que nosotros no sepamos dónde está su cuerpo. Destrozaron a mi familia. Al pasar los días va a ser peor”, lamentó el familiar. Agregó que “son unos cobardes al dar la noticia y no decirnos dónde están los restos”.
“No creo que Edelio esté muerto”, dijo la esposa
Pese a estar visiblemente afectada, la esposa del suboficial Edelio Morínigo, Elisa Ledesma, mantiene la esperanza de encontrarlo vivo y dice que ese panfleto “no significa nada”. “No creo que Edelio esté muerto, tengo ese presentimiento. No es una prueba contundente ”, expresó. Acusó a la FTC que en diciembre tenían la nota, pero que igual decían que Morínigo estaba vivo. El día que fue secuestrado, el 5 de julio de 2014, pidió que entregaran todo lo que tenía en la billetera, G. 200.000, a su esposa.