Un grupo de jóvenes que estaban posando, ayer, entre luces de cámara y un hermoso arreglo con temática de día de campo tuvieron que salir corriendo de la zona de la laguna del Jardín Botánico luego de que un yacaré hambriento interrumpiera la sesión de fotos.
De yapa el caimán se ganó una focos mientras devoraba los jamones y quesos que tenían sobre el mantel, así también esparció todo el canasto de frutas y quiso llevar en su boca algunos adornos.
Isaías Vera, el fotógrafo, contó en su cuenta de Instagram que no sabían que en el lugar habían yacarés por lo que vieron como lugar ideal la costa de la laguna. Entre fotos y fotos, sin mucho miedo, se asoma al lugar el caimán que se llevó toda la atención.
Los jóvenes afirmaron que pese a que no fueron mordidos por el yacaré, no se escaparon de ser “devorados” por los mosquitos que minan el lugar.