“Pueden intentar callar, pueden presionar por los medios de comunicación, pero siempre voy a estar cerca de la gente, de mi querido Curuguaty y de mi querido Departamento de Canindeyú”, posteó ayer en redes el senador cartista Alfonso Noria, ante la intención de opositores de pedir su pérdida de investidura por tráfico de influencias.
El legislador, quien asumió el mes pasado en vez de Gustavo Leite, admitió que llamó al director nacional de Ingresos Tributarios, Óscar Orué, por la clausura de comercios de su ciudad, que no emitían facturas legales.
“Yo soy una persona que habla fuerte, no soy una persona que habla despacio, así que bueno, si él (Orué) quiere tomar mal, que tome mal, es su problema”, dijo ayer Noria, en radio Monumental 1080 AM.
Para la senadora Yolanda Paredes, “el artículo 201 de la Constitución Nacional es clarito en cuanto al mal uso de influencias”.
Señaló que “el senador jamás pudo haber intervenido de esta forma”, para ordenar que se reabran locales.
DEFENSA DE LOS AMIGOS
Los fiscalizadores cerraron comercios importantes y supermercados en el feudo del senador, quien se sintió tocado personalmente y encabezó la manifestación de los evasores.
El senador Alfonso Noria (ANR) tomó la batuta y el micrófono para intentar trabar los trabajos de clausura. “Le envié una mensaje (a Oscar Orué, jefe de la DNIT) y le dije que era un carruaje, un inútil. Tiene que hacer una campaña de información primero”, dijo el político frente a los asistentes de la movilización.